Después de un buen rato de receso me reincorporo a la columna, ya que, con una gran carga de trabajo y una elección de por medio me resultó agotador, aunque siempre con el deseo de compartir con mis dos pacientes lectores mis inquietudes permanentes; soy inconforme por naturaleza y convencida de que todo puede ser mejor. ¡Feliz Año Nuevo!
Iniciamos el año con una recesión en el país vecino, la guerra en Irak, un euro fuerte, los países asiáticos avanzando, África con sus problemas, una Rusia de nuevo en el plano mundial, los precios del petróleo por las nubes y una América Latina casi estancada.
Y hablando de Rusia cabe señalar que su presidente Vladimir Putin fue declarado el hombre del año en la revista Times, esto no necesariamente quiere decir que sea un premio o un honor, sino que se considera que su actuación fue destacada en el plano mundial.
Logró estabilizar el país, recuperar el valor del rublo frente al dólar, meter dentro de los cauces a los empresarios y a los grupos marginales, no quiero decir que sea el gran demócrata, desde luego que no lo es, lo que sí tiene muy claro, es que Rusia va primero en su escala de valores y prioridades, y si para, él la patria es primero, lógicamente se dedica a elevar el nivel económico de su población, que durante Gorbachov y Yeltsin, llegó a su punto más bajo desde la post guerra.
La personalidad de Putin resulta interesante, en estos tiempos en que la demagogia ha sentado sus reales en las “democracias” y todos los políticos confunden su quehacer con ser estrellas de la sección de espectáculos y de revistas insulsas del corazón, el señor es totalmente pragmático, no trata de ser simpático, es más, es muy sabido que no tiene ningún sentido del humor, tampoco está haciendo encuestas, ni anda abrazando gente ni besando viejitas y niños, tampoco quiere quedar bien con el exterior, es parco al hablar y comer, inclusive algo rudo, pero con resultados que se palpan el alma del ruso común, ha restablecido el orgullo de pertenencia que es indispensable en las naciones.
La antigua Unión Soviética es un país inmensamente rico, con una extensión territorial que en época de los zares se dieron el lujo de vender Alaska, además tiene una gran riqueza en su altamente escolarizada población y cabe destacar, la importancia que se le está dando a la impartición de disciplina y patriotismo como parte de la curricular de las escuelas.
Hijo de un veterano de la Segunda Guerra Mundial y posteriormente trabajador en una fábrica de trenes y su madre una mujer ortodoxa devota y con poca instrucción, hizo toda clase de trabajos, su abuelo fue cocinero de Stalin y Lenin, sin que esto le diera a su familia ninguna especial atención, dedicó sus años de joven a las artes marciales “algo que no es para débiles”, siendo un estudiante no destacado, se inscribe en la Universidad de Leningrado y se aplica en sus estudios y a través de un extraño, la KGB lo rescata de la oscuridad invitándolo a trabajar con ellos, es entrenado someramente en contraespionaje, algo que toda su vida había soñado, ser espía, (el sueño de todos los políticos mexicanos) es asignado a Dresde, cae el Muro de Berlín y se queda sin trabajo, se traslada a Moscú y de nuevo es invitado a participar en el Gobierno de Yeltsin, ahí incide por sus extraordinarios dotes administrativos y su conocimiento de todos los recovecos de la cosa pública y de los actores políticos; Yeltsin alcohólico empedernido, lo invita como primer ministro, el quinto en diecisiete meses, fue tan destacada su actuación que le pide que actúe como presidente, así es que desde 1999 Putin maneja el país.
Cuando lo entrevistaron le preguntaron si se sentía un hombre con suerte, “la suerte es para los tontos”, simplemente trabajo, contestó, un hombre de disciplina férrea con una gran admiración por Pedro el Grande, se ve a sí mismo como un reformador.
No sé si se valga la comparación, pero nosotros, también país petrolero nos ha pasado de noche gran oportunidad que representan los altos precios del crudo , Rusia, donde la patria es primero, pagaron su enorme deuda exterior, doscientos mil billones de dólares, acá todavía acarreamos el famoso Fiambro, y los excedentes petroleros no dieron ni para educación, salud, pensiones, seguridad ni infraestructura de ningún tipo, bueno, ni siquiera equiparon los Seguros Sociales, aquí cuando les pregunten cuál fue la causa de muerte, la respuesta es “el Seguro” y ¿la corrupción? Un mal endémico.
Ahora, de qué democracia hablamos nosotros los mexicanos, ¿los millonarios presupuestos de los partiditos y partidotes? Del seudocontrol que ejerce el IFE, también millonario, para que nos vengan a decir que al final de cuentas la elección la definió la Maestra? Con las sustituciones que se llevaron a cabo en todas las casillas, ¿eso es democracia? o ¿la dudosa elección de Bush, que fue Florida el estado donde gobierna su hermano, el que definió la elección? Qué caro nos sale la “democracia” y las mentiras que en su nombre se articulan.
Desde luego que la democracia es el sistema más justo en teoría, y es la gran aspiración de todos, porque se basa en la igualdad y la representación electa, y ésta funciona, digamos que casi bien en los países desarrollados, pero acá, que en los pueblos indígenas el patriarca vota por todos, se dice “en zapato”. Ya que tenemos una democracia tan deficiente, y que el presidente ha dado muestras de vocación autoritaria, sería maravilloso que a cambio de eso nos diesen estabilidad, educación, seguridad, crecimiento económico, salud, pagaran nuestra deuda externa, etc., pero ni una cosa ni la otra, estamos fritos.