En la mañana temprano o al anochecer, los cristalazos o robos de accesorios automotrices se incrementan en los alrededores del bosque Venustiano Carranza. Infinidad de deportistas y paseantes se han topado con la desagradable sorpresa de que su vehículo ha sido presa de los maleantes, pese a la vigilancia policiaca.
La presencia de los policías en bicicleta en el interior del bosque, es regular, pero se intensifica al oscurecer. No obstante, el blanco de los uniformados generalmente son los sitios oscuros del centro del paseo público, por donde rondan con especial interés para sorprender a parejas en situación comprometedora.
Es el exterior del bosque el que se queda desprotegido y aunque pasen patrullas, la presencia de los delincuentes se pierde entre las decenas de personas que acuden al paseo público sobre todo entre las 5 y 10 de la mañana y de las siete a las 10 de la noche, horario en el que los alrededores se llenan de vehículos.
De acuerdo con reportes de personas que han observado los cristalazos, la acción se da en minutos, “y como los cristales de autos al romperse ya no hacen ruido, es fácil dar el golpe, retirar el material plastificado donde queda el vidrio hecho añicos y meter la mano para robar lo que sea”, aseguró uno de los afectados que pidió omitir su nombre por temor.
Afectados consideran que es una pérdida de tiempo denunciar los ilícitos, porque no hay resultados “y tampoco vamos a exponernos si tratamos de detener a los maleante mientras delinquen”.
Por versión de vendedores de los alrededores, se conoció que recientemente una pareja con un pequeño en brazos, dañó varios vehículos en un día. Ella jugaba con el pequeño a un lado del vehículo, mientras que su acompañante lo saqueaba.
Los daños a vehículos se han incrementado durante las últimas tres semanas.