Monjes budistas y activistas pro-Tíbet son vistos durante una manifestación en protesta contra la represión de China en el Tíbet delante de la sede europea de las Naciones Unidas, hoy, 25 de marzo de 2008, en Ginebra, Suiza. (EFE)
Medio millar de manifestantes a favor de los tibetanos denunciaron hoy ante la Alta Comisaría de los Derechos Humanos de la ONU y la sede de las Naciones Unidas en Ginebra el silencio de la organización internacional frente a la represión china en el Tíbet.
Con banderas tibetanas, los participantes se congregaron primero frente a la sede de la Alta Comisaría de los Derechos Humanos y marcharon hacia el Palacio de Naciones con pancartas como "Ban Ki Moon (secretario general de la ONU), tu silencio mata a los tibetanos".
Los asistentes entregaron una carta para la alta comisionada de los Derechos Humanos de la ONU, Louise Arbour, en la que exigen el envío de una misión de investigación al Tíbet.
Mientras tanto, ante el Consejo de Derechos Humanos (CDH) reunido en sesión este mes, Amnistía Internacional (AI) denunció la violación de los derechos humanos durante la represión china de las manifestaciones independentistas en el Tíbet.
"Las primeras protestas de los tibetanos fueron pacíficas y luego reprimidas, en violación de los derechos de expresión y asociación y con excesivo uso de la fuerza", señaló la organización en su intervención.
Aunque reconoció que algunas protestas se volvieron después violentas, lo que AI también denunció, agregó que "las autoridades chinas, para restablecer el orden, recurrieron a medidas que violaron las leyes internacionales de derechos humanos, incluyendo la fuerza letal y detenciones arbitrarias".
AI teme por la suerte de los detenidos, ya que la región está actualmente sellada, y pidió al CDH que aborde la situación del Tíbet.
También hizo un llamamiento a las autoridades chinas para que liberen a los arrestados por participar en protestas pacíficas, respete los derechos humanos y evite el "innecesario y excesivo uso de la fuerza".
Asimismo, pidió a Pekín que autorice una investigación independiente de la ONU y el acceso a la región a periodistas y otros observadores independientes.
De modo más general, solicitó al CDH que inste a China a abordar "los largos sufrimientos de los tibetanos, entre ellos las restricciones a la práctica religiosa y la persecución de sus derechos por políticas de Gobierno que han debilitado la identidad cultural y étnica de los tibetanos".