Inmigrantes detenidos en Estados Unidos en proceso de deportación reciben una atención médica inadecuada, denunció ayer Human Rights Watch y responsabilizó al Departamento de Seguridad Interna “por cualquier muerte”.
La organización de derechos humanos responsabilizó al Departamento de Seguridad Interna (DHS) “por cualquier muerte o sufrimiento” que ocurra como resultado de esa situación.
Indicó que en los últimos cinco años más de 80 inmigrantes fallecieron mientras se encontraban bajo custodia del DHS o inmediatamente después de que fueron puestos en libertad.
El Departamento de Seguridad Interna tiene a más de 30 mil inmigrantes detenidos y gasta millones de dólares en el cuidado de su salud, dijo Megan McLemore, investigadora del Programa del Virus de Inmunodeficiencia Humana VIH/Sida de Human Rights Watch (HRW).
“Sin embargo, los estándares inconsistentes de atención y una supervisión inadecuada están conduciendo a sufrimiento y decesos innecesarios”, alertó.
En un informe de 12 páginas presentado al subcomité de Inmigración, Ciudadanía, Refugiados, Seguridad Fronteriza y Derecho Internacional de la Cámara de Representantes, HRW subrayó la deficiente atención a inmigrantes con VIH-Sida.
El subcomité realizará hoy audiencias sobre la atención médica a los inmigrantes detenidos.
La organización humanitaria señaló que el Gobierno Federal desconoce el número de inmigrantes con VIH-Sida que se encuentran bajo su custodia, cuántos necesitan tratamiento o están recibiendo la atención que requieren.
Human Rights Watch urgió al Congreso a que apruebe el proyecto de Ley de Atención Médica Básica para Personas Detenidas de 2008 impulsada por la legisladora de California, Zoe Lofgren.
“Esta legislación obliga al DHS a brindar atención médica que cumpla con las normas nacionales e internacionales”, dijo McLemore.