Se disparará un misil desde un buque de la Armada hacia el satélite antes de que ingrese en la atmósfera terrestre.
El Departamento de Defensa de Estados Unidos derribará un satélite espía descompuesto que caerá a la Tierra a comienzos de marzo.
Los funcionarios dijeron ayer que la opción escogida por el Gobierno es la de disparar un misil desde un buque de la Armada, y derribar el satélite antes de que ingrese en la atmósfera terrestre.
Los informantes hablaron a condición de mantener sus nombres en el anonimato porque las opciones no serán analizadas de manera pública de inmediato.
El satélite, que ya no funciona, está en una órbita deteriorada y se espera que caiga en la Tierra en la primera semana de marzo. Las fuentes dijeron que la Armada probablemente lo derribe antes de esa fecha, utilizando un misil especial modificado para esa tarea.
No fue posible conseguir de inmediato otra información sobre el misil. Pero la decisión involucra a varias agencias del Gobierno, entre ellas la Agencia de Seguridad Nacional, el Departamento de Defensa Interna, y el Departamento de Estado.
Derribar un satélite es un asunto delicado debido a la controversia surgida tras las pruebas anti-satélites de China del año pasado, cuando Beijing derribó uno de sus satélites meteorológicos defectuoso. La medida provocó inmediatas críticas de Estados Unidos y otros países.
Un temor clave en ese momento eran los desperdicios creados por la destrucción del satélite chino, y ese tema también será fundamental ahora, mientras el Gobierno determina cuándo y en qué circunstancias derribar el satélite defectuoso.
Los militares tendrán que elegir el momento y el lugar que evite lo más posible cualquier otro daño a otros satélites que estén en el espacio. También existe la posibilidad de que algunos pedazos del satélite queden en órbita -donde podrían chocar con otros satélites- o caigan a Tierra.
No se sabe dónde caería el satélite. Pero funcionarios familiarizados con la situación sostienen que la mitad del satélite de casi 2 mil 300 kilos sobreviviría su descenso por la atmósfera y desparramaría residuos -algunos de ellos potencialmente peligrosos- por varios cientos de kilómetros.
El satélite tiene propulsores, que son pequeños motores que lo ubican en el espacio y contienen hydrazine, una sustancia tóxica que puede ser peligrosa para cualquier persona que tenga contacto con ella.
Buscan evitar posible Armagedón en 2029
Estudiantes del Instituto Technión de Haifa, en el Norte de Israel, propusieron a la NASA la construcción de una sonda espacial para vigilar al asteroide Apophis y, en caso de necesidad, desviarlo de su trayectoria.
El Apophis, de unos 250 metros de diámetro, fue detectado hace cuatro años en una trayectoria que lo hará pasar relativamente cerca de la Tierra entre 2029 y 2036.
Según cálculos iniciales de la NASA, el 13 de abril de 2029 la probabilidad de impacto será de 2.7 entre cien.
Un asteroide de ese tamaño que se estrellase contra nuestro planeta lo haría con una potencia equivalente a más de 20 mil bombas atómicas.
El proyecto del Technión, presentado a un concurso convocado por la Agencia Espacial estadounidense para evitar un posible Armagedón, propone el lanzamiento de la sonda en 2020, en una primera aproximación para adosar al asteroide equipos electrónicos que vigilen su trayectoria, informó ayer el diario Yediot Aharonot.
“Han construido un modelo que costaría 353 millones de dólares y consta de una nave de una tonelada de peso que inicialmente desplazaría al asteroide equipos electrónicos”, explica Alexander Kogan, supervisor del proyecto.
Más adelante, regresaría a una órbita alrededor de la Tierra para esperar, y en caso de necesidad, realizar una nueva aproximación en 2025 para desviarlo orbitando a su alrededor y alterando así su trayectoria.
Los investigadores han estudiado distintas posibilidades, como una detonación nuclear, pero concluyen que ésta podría dividir el asteroide en dos y causar más daño a la Tierra.