Sigue abierta la investigación sobre la muerte de un joven de 23 años que se resistió a ser capturado cuando estaba en posesión de un arma de fuego calibre 45. El delegado de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Coahuila (PGJEC), Fernando Olivas Jurado, indicó que las pruebas periciales descartan la participación de un policía ministerial en el disparo del arma que terminó con la vida del ejidatario.
Olivas Jurado indicó que en base a las declaraciones de diferentes actores dentro de la averiguación previa relacionada con la muerte de Juan José Muñoz Rosales, vecino del ejido Rancho Alegre, ocurrida en el ejido San Miguel de Matamoros, se determinó que el fallecido tenía en su poder un arma de fuego y se resistió al arresto.
Las pruebas periciales aplicadas al difunto señalan que efectivamente había realizado al menos un disparo de arma de fuego. Versiones de otros ejidatarios señalan que Juan José estuvo disparando su arma momentos antes de su encuentro con los agentes ministeriales.
Desde que ocurrieron los hechos el delegado ordenó que fueran concentrados los dos agentes ministeriales que iban a participar en la detención de Juan José, para garantizar el desahogo de las diligencias y poner especial atención en el caso.
A la fecha el delegado Fernando Olivas señala que será el agente del Ministerio Público quien resolverá sobre el caso que puede concluir en un no ejercicio de la acción penal si se determina que el joven se disparó solo o en una consignación del agente por un homicidio culposo o doloso, según sea el caso.
Como se dio a conocer en su momento, la muerte ocurrió la madrugada del pasado sábado en un baile donde Juan José hacía disparos y presumía su arma. Vecinos reportaron a la persona armada que se negó a entregar la pistola, que según sus familiares ya no tenía tiros y en el forcejeo ocurrió la desgracia.
