Las relaciones diplomáticas entre Quito y Bogotá están rotas desde el pasado 3 de marzo tras una operación efectuada dos días antes por el Ejército colombiano en territorio ecuatoriano. (Archivo)
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, reiteró ayer su deseo de que “con dignidad y justicia” se restablezcan las relaciones diplomáticas entre Quito y Bogotá, rotas desde el pasado 3 de marzo tras una operación efectuada dos días antes por el Ejército colombiano en territorio ecuatoriano.
“Ratificamos nuestro deseo de que, con dignidad y justicia, se restablezcan las relaciones entre los dos países, aunque si sigue mintiendo (Álvaro) Uribe como miente y el Gobierno colombiano, va a ser difícil reanudarlas, (pero) ratificamos nuestro afecto fraternal al pueblo colombiano”, dijo Correa.
El mandatario hizo un breve compendio de la crisis diplomática que se desató con Bogotá e indicó que ese Gobierno no ha podido comprobar las relaciones que le atribuye a funcionarios de Quito con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Correa aseguró en su programa semanal de radio que el Gobierno de Colombia ha quedado como “mentiroso” y en “ridículo”, y consideró que no ha podido probar una acusación formulada contra él, en el sentido de que supuestamente prohibió a las Fuerzas Armadas ecuatorianas efectuar acciones contra las FARC.
El jefe de Estado ratificó que no volverá a responder a los comunicados provenientes del Gobierno de Colombia.
“No responderemos más a las cantinfladas, a las mentiras, a las infamias que digan nuevos comunicados del Gobierno colombiano”, señaló Correa.
El pasado 1 de marzo, militares colombianos atacaron un campamento clandestino de las FARC en Ecuador, en una operación en la que murieron al menos 26 personas, entre ellas el portavoz internacional de esa guerrilla, “Raúl Reyes”.
‘Indecentes, conjeturas sobre salud de Ingrid’
Allegados de Ingrid Betancourt denunciaron ayer como “verdaderamente indecente” que se especule sobre el estado de salud de la rehén de las FARC y abogaron porque la guerrilla y el Gobierno colombiano negocien cuanto antes un acuerdo humanitario que saque a los cautivos de su “gulag itinerante” en la selva.
Lorenzo y Fabrice Delloye, hijo y primer marido, respectivamente, de la rehén colombo-francesa de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) desde hace dos mil 245 días, protagonizaron ayer una concentración de “manos blancas”, junto a unas 30 personas, ante el retrato de Betancourt colgado en la fachada del Ayuntamiento de París.
Levantaron sus manos untadas de harina blanca con la palabra “paz”, en castellano, escrita con tinta negra en la palma.
Delloye explicó que con las manos blancas, señal de “paz”, se quiere pedir a las FARC y al presidente de Colombia, Álvaro Uribe, “gestos de comprensión mutua” para abrir el diálogo.
El acto de ayer también era para rechazar el debate sobre la salud de Betancourt e insistir, tras el fracaso de la misión humanitaria enviada por Francia a Colombia, que “hay que hacer todo para sacar a los rehenes” de su cautiverio “abominable”.
