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Desempleo, baja la autoestima

SE DEBE HACER UN RECUENTO DE LAS HABILIDADES PERSONALES

Cada que alguien es despedido piensa que es lo peor, pero pocas veces se ve como algo positivo.

Cada que alguien es despedido piensa que es lo peor, pero pocas veces se ve como algo positivo.

El Universal

En la tabla de porcentaje de estrés, perder el empleo está entre las primeras.

Paulo fue despedido de su empleo de cinco años. Los días pasan y la liquidación se hace cada vez más escasa, al igual que la paciencia de sus padres.

Su madre está angustiada porque no sabe cómo ayudar a su hijo, que ahora se nota desganado hasta para buscar nuevas opciones de trabajo. Sabe que en casa se le puede ayudar por un tiempo, pero ¿y si esta situación se prolonga?

Sin embargo, ser hijo desempleado es algo menos negativo que ser el jefe de familia y estar en la misma situación, ya que el primero tiene el apoyo de los padres y no hay quien dependa de él.

Conforme avanza la edad y se llega a los 40, las personas que no consiguen empleo o lo pierden, se sienten más frustrados que una persona joven

Aunque parezca casi imposible, siempre hay un modo de animar a quien ha perdido su empleo.

Debe haber motivaciones para seguir buscando trabajo. No sirve salir a conseguir uno si se tienen ideas como: ‘Soy un bueno para nada’ o ‘por eso me corrieron del otro empleo’. Estos pensamientos sólo devalúan a la persona.

En lugar de derrotarse, hay que pensar que perder el empleo es algo que le pasa a todos, que el hecho de dejar de trabajar en un lugar no implica sujetarse a algo peor, sino que la situación puede mejorar.

Cada que alguien es despedido piensa que es lo peor, pero pocas veces se ve como algo positivo, una oportunidad para progresar, conseguir algo mejor.

Los padres deben hacer ver esto a los hijos para animarlos y que salgan realmente motivados en su búsqueda de empleo.

Pasos para salir de la situación

Algo que ayuda cuando se ha perdido el trabajo es hacer un recuento de las habilidades personales, y con base en ello determinar si hace falta algún conocimiento. Tal vez sea la oportunidad para adquirirlo, tomar un curso que sirva para dar seguridad.

Mientras el hijo explora el campo laboral, los padres pueden ayudar en lo económico, pero poniendo límites. Por ejemplo, se le dice que mientras tome el curso, lo van a mantener, pero que después él tiene que buscar cómo resolver sus problemas.

Tres meses es un periodo razonable para dejar que el hijo encuentre el empleo que desea, porque si no, puede dejar que lo mantengan o caer en depresión.

De no encontrar un buen trabajo, se le puede sugerir que tome uno sencillo y desde ahí, procurar el idóneo, aquel donde pueda ganar más, que satisfaga sus expectativas profesionales o que le quede más cerca, lo que decida.

Lo anterior ayudará a que el hijo tome confianza, esté tranquilo y piense bien sus objetivos para que esto se vea reflejado en la entrevista que hará en el lugar donde desea trabajar.

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