El mandatario federal nunca había interrumpido a un orador, pero esta vez, los halagos que hacía Javier Carrión Cuellar, empresario y representante de una fundación de productores al diputado federal Gerardo Buganza, del PAN, llevaron a Calderón Hinojosa a solicitarle terminara lo más pronto con su discurso.
El presidente Felipe Calderón mecía la cabeza en señal negativa y de inconformidad hasta que decidió, por voz propia, pedirle al orador en turno, fuera breve en su mensaje.
En lo que va de su gobierno, el mandatario federal nunca había interrumpido a un orador, pero esta vez, los halagos que hacía Javier Carrión Cuellar, empresario y representante de una fundación de productores al diputado federal Gerardo Buganza, del PAN, llevaron a Calderón Hinojosa a solicitarle terminara lo más pronto con su discurso.
Y es que a un año de las elecciones para diputados federales y a casi dos de la renovación del gobierno del estado, los ánimos están caldeados y los políticos buscan aparecer en cualquier foro.
Según los medios locales, Buganza envió un correo electrónico para anunciar que él organizaba el acto al que asistió Calderón, el Encuentro Mundial de Negocios Agropecuarios, así, no fue extraño que los asistentes vitorearan y corearan el apellido del legislador panista.
Justo cuando Javier Carrión hablaba de lo hecho por Buganza como legislador, el presidente Felipe Calderón le pidió desde el centro del templete con rostro serio, casi molesto, ‘puede abreviar su mensaje, por favor’, se alcanzó a oír mientras se hacía el silencio en el auditorio.
A trompicones el orador terminó, pero sin dejar de ensalzar la labor de Buganza.
Fue el sello de la gira, el activismo político. Primero en Boca del Río con Buganza y sus seguidores, después en la ciudad de Veracruz donde apareció Julio Saldaña, ex candidato a alcalde y hoy aspirante a diputado federal por el PAN quien atrajo las miradas de los asistentes cuando se dedicó a saludar y abrazar a sus correligionarios.
Algo parecido ocurrió en Córdoba, donde inauguró un hospital del IMSS y en donde las porras que primero fueron para Calderón, se convirtieron después en gritos de “¡azul...azul”, para que los simpatizantes del gobernador Herrera respondieran: “¡Rojo..rojo”.
Al término de esta visita el mandatario se llevó bajo el brazo una botella de licor, un cinturón piteado con su nombre y el Escudo Nacional tejidos y hasta una silla que le regalaron los productores.
Así dejó Veracruz en donde dos Yunes compartieron el templete con el mandatario: El director del ISSSTE, Miguel Ángel Yunes y su hijo, del mismo nombre, pero quien actualmente es el alcalde de Boca del Río.