El Consejo General del IFE aprobó por unanimidad el nombramiento de Edmundo Jacobo Molina como secretario ejecutivo de este organismo ciudadano. (El Universal)
Pero el nuevo funcionario no tiene experiencia en la conducción de asuntos electorales.
El Consejo General del Instituto Federal Electoral (IFE) aprobó por unanimidad el nombramiento, propuesto por el consejero Leonardo Valdés Zurita, de Edmundo Jacobo Molina como secretario ejecutivo de este organismo ciudadano pese a no tener ninguna experiencia en la conducción de asuntos electorales.
Anoche, al presentar su propuesta en sesión extraordinaria del Consejo General, Valdés Zurita garantizó que Jacobo Molina cuenta con la experiencia y el perfil para desempeñar el cargo que entre otras responsabilidades tiene la representación jurídica del IFE y la elaboración de su anteproyecto de presupuesto.
El secretario ejecutivo del IFE tiene las siguientes funciones: representar legalmente al IFE, auxiliar al presidente del Instituto en el ejercicio de sus atribuciones, firmar, junto al presidente del consejo, todos los acuerdos y resoluciones que emita el propio consejo.
Además de cumplir las instrucciones del presidente del Consejo General, aprobar la estructura de las direcciones ejecutivas, vocalías y demás órganos del organismo ciudadano, nombrar a integrantes de las juntas locales y distritales, proveer a las áreas del Instituto los elementos necesarios para el cumplimiento de sus funciones.
Participar en los convenios que se celebren con las autoridades respecto a la información y documentos de la dirección ejecutiva del Registro Federal de Electores, actuar como secretario de la Junta General Ejecutiva y elaborar anualmente el anteproyecto de presupuesto y ejercer las partidas aprobadas.
En abril pasado, la propuesta presentada en ese momento por Valdés Zurita para que la sinaloense Juliana Araujo ocupara la Secretaría Ejecutiva del IFE provocó una energética negativa de los otros ocho consejeros, lo que orilló al consejero presidente Valdés a amagar con presentar su renuncia.
Varios consejeros avalaron la designación incluso antes de que se aprobara su nombramiento. Benito Nacif le deseó suerte, igual que Arturo Sánchez.
El martes a las 18:00 horas, ya con el nombramiento bajo el brazo, Jacobo Bonilla se paseó por las oficinas de la Secretaría Ejecutiva. Empleados consultados dijeron no conocerlo físicamente. Su currículum apunta que es un sonorense de 55 años, un hombre letrado, pero sin experiencia en materia electoral.
Es Licenciado en Filosofía por la Escuela de Filosofía y Letras de la Universidad de Guanajuato; fue profesor de tiempo completo en esa casa de estudios así como en la Universidad Autónoma de Baja California y en la UAM Azcapotzalco ocupó diversos cargos académicos y de coordinación hasta ser el rector de la UAM Azcapotzalco y luego secretario general de la UAM.