Tras 14 meses de protesta por las reformas al ISSSTE, los integrantes de la CNTE se retiraron de las inmediaciones del Monumento a la Revolución en la Ciudad de México. (El Universal)
“Al fin”, fue la expresión de coincidencia de dueños de establecimientos aledaños al plantón que como protesta por las reformas a la Ley del ISSSTE comenzaron a instalar en Plaza de la República maestros el 7 de mayo de 2007 y que después de casi 15 meses se retiró. Para Artemio Ortiz, uno de los dirigentes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), se lograron muchas cosas, como el haber “quebrado” esa Ley y “arrancarle cachos que eran lesivos para los trabajadores”.
Para locatarios como Gustavo Garduño, propietario del restaurante bar Carballino, “ya era hora”, pues este plantón le provocó la caída en las ventas de hasta un 80 por ciento y estuvo a punto de irse a la quiebra como sucedió con al menos cinco negocios que operaban en Plaza de la República.
De hecho, comentó, tuvo que reducir el personal de 35 a 17 empleados, además de que va descansando paulatinamente a éstos, en virtud de que no tiene capacidad económica para hacer frente a la nómina. Ayer, más cincuenta maestros comenzaron a deshacer las improvisadas cabañas y acumulaban la madera en montones, al igual que los plásticos y las lonas con las que hicieron “casitas”, que junto a las cabañas y casas de compaña, hicieron lo que llamaron “Lomas del ISSSTE”.
Cuando el 7 de mayo del año pasado un pequeño grupo de integrantes de la sección 18 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) de Michoacán bloqueó la entrada principal de las oficinas centrales del ISSSTE en Plaza de la República e instaló unos hules, las autoridades no creyeron que montarían ahí, “una residencia permanente” a la que las primeras semanas se fueron sumando maestros de varios estados. Incluso intentaron construir “casas”, lo que provocó una fuerte polémica y la intervención del Gobierno del Distrito Federal, que fue aliado del magisterio en esta protesta de más de un año.
Incluso, algunas instalaciones improvisadas fueron llamadas en broma “hoteles de cinco estrellas” dentro del campamento, que en realidad a principios de octubre del año pasado se convirtió en una especie de “hotel de paso” de los maestros que llegaron al Distrito Federal a interponer amparos contra la Ley referida que fue aprobada por el Congreso el 28 de marzo de 2007.
Paralelamente, se realizaron diversas acciones de protestas como marchas, paros cívicos, que derivaron entre otras cosas en enfrentamientos con policías, desquiciamientos viales y el fortalecimiento de su movimiento y de un campamento que aseguraban no se retiraría.