En medio de un fuerte operativo de seguridad, agentes federales trasladaron ayer a los policías municipales detenidos al Juzgado de Distrito para que participaran en un careo.
Policías argumentaron que iban a apoyar a compañeros antes de balacera con federales.
La instrucción del jefe de la Policía a los agentes que acudieron al cuartel de la Policía Federal, donde serían baleados y arrestados, fue: “Regresen”, “Retírense”. Pero los policías municipales respondieron que iban en auxilio de otros agentes. “Son compañeros”.
La desobediencia es evidente en la grabación de las comunicaciones de la Policía Municipal la madrugada del lunes 8 de septiembre, cuando unos 60 agentes municipales cruzaron el límite del municipio y fueron al ejido San Miguel de Matamoros, al Instituto de Estudios de Seguridad Pública, donde está acuartelada la Policía Federal. Respondían a un llamado de auxilio luego de la detención de dos policías.
El Siglo de Torreón obtuvo las grabaciones de esos hechos, ocurridos entre las 3 y las 5 de la madrugada del lunes 8, que muestran los reportes iniciales y la orden de retirarse. Otros fragmentos se publicarán en los días siguientes.
La presencia de los policías en San Miguel resultó en una balacera con los federales, el arresto de 35 agentes municipales, la muerte de uno, el cese del director de Seguridad Pública, Alfredo Castellanos, y acusaciones de la Secretaría de Seguridad Pública federal (SSP) contra la Policía de Torreón por vínculos con el crimen organizado.
Las grabaciones no revelan quién dio la orden a los agentes de trasladarse a San Miguel. La primera llamada a la central de comunicaciones vino de un agente que informó: “Al parecer una 21 (patrulla) del Oriente o del Sur, no sé cuál, la verdad, le hicieron 80 (detención), los federales, se la llevaron al Instituto. No sabemos por qué, está raro”.
Tras este reporte, la operadora de la central llamó al ahora ex director de Seguridad Pública, Alfredo Castellanos, para informarle. El entonces jefe policiaco ordenó que las patrullas regresaran a su sector y que fuera un comandante a ver qué sucedía, mensaje que fue transmitido a todos los agentes.
Los policías querían saber qué había pasado con los agentes detenidos. Al recibir la orden, a través de la operadora de la central, de que los policías debían retirarse, un agente dijo por el radio: “Son compañeros”.
Las grabaciones no indican con qué intención iban, pero tampoco confirman la versión de la SSP, que afirmó que los policías iban a “rescatar” a los agentes detenidos y acusados de colaborar con traficantes de droga.
Los disparos comenzaron cuando los policías municipales se negaron a retirarse. Los mismos agentes reportaron los disparos y la central pidió apoyo a la Cruz Roja. Las grabaciones muestran a una operadora reportando la situación a Castellanos, quien se muestra sorprendido. “¿Quién? ¿Cómo está eso? Les dije que se retiraran de ahí”.
Treinta y cinco policías municipales fueron arrestados y uno murió. Los demás se dispersaron. Lo que parecía una movilización de apoyo a agentes en problemas terminó en una crisis al interior de la Policía de Torreón.
La operadora de la central reporta a Castellanos el desenlace: “Que ya los tienen rodeados y requieren apoyo”.
El jefe policiaco lo vuelve a negar. Pide que el comandante del Sector Oriente se comunique con él, que “me pase 46 (novedades)”.
La operadora le responde a Castellanos: “No se comunica nadie”. Castellanos sólo atina a decir: “Ay carajo”.