El CEESP evaluó que el consumo y la inversión se han mantenido estables en todo el mundo.
El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) consideró que el dinamismo que muestra el consumo y las exportaciones es una señal de que el impacto de la desaceleración de Estados Unidos aún no llega a México.
En su reporte semanal "Análisis económico ejecutivo", precisa que si bien la posibilidad de una recesión en Estados Unidos se reduce, también hay opiniones que apuntan a que la segunda mitad del año mostrará un menor ritmo de crecimiento.
No obstante, en su más reciente reporte, la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos elevó su pronóstico de crecimiento del PIB para este año, al ubicarlo en un rango entre uno y 1.6 por ciento este año, destacó el organismo dependiente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
Es cierto que la mayor preocupación a nivel mundial es la inflación, pero también es cierto que hasta el momento el consumo y la producción en la mayoría de los países continúan avanzando.
"Hay que aprovechar la coyuntura para concretar los mayores avances posibles en materia de reformas, para que una vez que reinicie el dinamismo de la economía mundial nuestro país esté en condiciones de competir más eficientemente y lograr mayor estabilidad y un crecimiento más elevado en el mediano y largo plazos", señala.
Refiere que el reporte sobre la caída de la producción industrial de México en mayo generó cierta incertidumbre sobre el comportamiento de la economía en los siguientes meses, sobre todo cuando el mercado preveía que la actividad productiva conservaría una dinámica ascendente. Sin embargo, hasta el momento el consumo sigue siendo uno de los principales soportes de la economía, aunado a la dinámica que mantiene el sector exportador, no sólo por el efecto que genera el elevado precio del petróleo, sino también por la fortaleza que muestran las exportaciones no petroleras.
Reconoce que el buen desempeño del sector exportador mexicano, que entre enero y mayo acumuló un incremento anual de 17.1 por ciento, podría responder a otros factores. Esto podría tener respuesta en la diversificación que han logrado las exportaciones mexicanas por la apertura comercial y los mayores esfuerzos empresariales de comercialización de diversos sectores productivos.
Lo anterior se puede corroborar al observar la dinámica de las exportaciones hacia algunas regiones geográficas distintas a Estados Unidos, haciendo evidente que algunos de los tratados comerciales firmados por México comienzan a arrojar un mejor balance.
Ejemplo de ello es el crecimiento de las ventas de productos mexicanos a Europa (51.8 por ciento), Japón (33.2 por ciento) e Israel (135 por ciento).
Aunque es evidente el potencial del sector exportador, es imperante consolidar la competitividad del país antes de realizar nuevos acuerdos comerciales, aclara el organismo.
Por ello, son importantes los cambios que estimulen la inversión en todos los sectores, que corrijan la sobre regulación que prevalece e inhibe el buen funcionamiento de las empresas y la creación de nuevas, además de concretar las reformas que le pueden dar al país un impulso importante, como la petrolera, añade el reporte.