La fuga de 17 reos registrada hace 13 días no bastó para destituir a Carlos Hernández Vega como director del penal de Reynosa, fue hasta ayer, tras el motín en el que murieron 21 presos, 16 de ellos calcinados, que las autoridades estatales retiraron al funcionario del cargo.
Pedro Benavides, titular del sistema penitenciario de Tamaulipas, informó ayer que Hernández fue cesado y puesto a disposición del Ministerio Público en calidad de indiciado junto a otros 20 custodios.
Hernández está señalado como presunto responsable del ingreso de armas al penal.
Peritos revelaron que, entre las evidencias decomisadas luego del motín, hay dos pistolas calibres 45 y 9 milímetros, además de puntas hechizas y bates.
Además, el hoy ex director del penal sigue bajo investigación por la fuga del pasado 9 de octubre en la que escaparon 17 presos, entre ellos cinco presuntos zetas.
Ayer por la noche, extraoficialmente trascendió que el control total del penal de Reynosa lo asumieron el Ejército y la PFP, y que ya no quedan custodios. Mientras tanto, familiares de los reos denunciaron que en el penal abunda la corrupción y el tráfico de armas y señalaron como responsable al hoy ex director.
Apolonio Villarreal, subdirector jurídico y jefe de personal del Penal de Reynosa, dijo que 51 reclusos fueron trasladados a otros penales de alta seguridad en Victoria y Altamira.
También trascendió que entre los reos fallecidos había un sujeto apodado “El Wester”, Raúl Rojas Cantú, cabecilla de una banda del interior.
En Tijuana, el procurador de Justicia de Baja California, Rommel Moreno Manjarrez, informó que recibieron confirmación de que los restos calcinados hallados en el penal de La Mesa pertenecían a dos reos muertos durante los motines del mes pasado.