Una empleada de los juzgados limpiaba ayer el vidrio de una rejilla, cuyos barrotes fueron arrancados.
Internos aprovecharon poca vigilancia para intentar la fuga.
Los 13 reos que se intentaron fugar del Cereso la tarde del miércoles dejaron a su paso vidrios estrellados, cinco barrotes vencidos y manchas de sangre en los locutorios de los juzgados Primero y Segundo del ramo penal.
Este intento de fuga evidenció las fallas de seguridad que existen en el área de indiciados, lugar donde se encuentran los reos que todavía no son internados de manera formal al Cereso. En esta misma área existe un problema de sobrepoblación. Tras el intento de fuga, el miércoles a las 21:00 horas inició un operativo en el sector de indiciados, donde se revisó cada una de las celdas.
Ayer el procurador de Justicia del Estado, Jesús Torres Charles, comentó que los internos que se encontraban en el área de indiciados, aprovecharon que no hay suficientes elementos policiacos vigilándolos.
Sobre si se abrirá un nuevo procedimiento para incrementar la condena de los 13 reos, Torres Charles dijo que el hecho de participar en una fuga “no es propiamente penado, se pena a quien auxilia en las mismas, pero al reo no, sólo si hubiese otro delito como lesiones o daños se tomarían otras medidas”.
De acuerdo a las autoridades para tratar de lograr su escape el miércoles por la tarde, los internos se desplazaron del área de indiciados del penal por los pasillos que conducen a los locutorios de los juzgados Primero y Segundo donde normalmente asisten cuando hay diligencias y pretendían llegar al estacionamiento para luego brincar una malla ciclónica con alambre de púas.
Los delgados barrotes de menos de una pulgada de grosor y un metro de largo, fijados con seis puntos de soldadura a lo largo, prácticamente fueron arrancados con las manos de los dos locutorios de los juzgados, situación que evidenció la falta de medidas de seguridad que hay en esta área. El inmueble tiene más de 20 años de antigüedad.
Además se detectó que en la oficina principal del Juzgado Primero no hay reja protectora, sólo una tela mosquitera que fue violentada y permitió que internos se acercaran a uno de los tres árboles en el perímetro y descender cuatro metros para llegar al estacionamiento donde fueron sorprendidos.
En el Juzgado Primero fue dañado el vidrio de la puerta principal y una ventana de un metro por 1.5 metros. En el interior, en la Actuaría, tres barrotes de varilla de media pulgada fueron desprendidos y tres vidrios de ocho milímetros quebrados y los vidrios esparcidos en el suelo y escritorios.
La Sala de Audiencias tenía dos vidrios estrellados y en la oficina del juez una ventana fue abierta y la tela mosquitera desprendida de su base, por donde se presume que algunos internos lograron salir del edificio utilizando un árbol cuyas ramas están a un metro de la pared del juzgado, pero fueron detenidos en el estacionamiento.
Ayer César Sánchez, director del penal, informó que la actividad fue normal y se llevó a cabo el día de visita. Por su parte, Fernando Olivas, delegado de la Región Laguna Uno de la Procuraduría General del Estado, informó se inició la averiguación previa correspondiente.
