Un empleado contempla los restos de camiones de las fuerzas de la OTAN en Afganistán, después de que un grupo de insurgentes atacara un estacionamiento en Peshawar, Pakistán. (AP)
Los vehículos estaban en Pakistán en espera de ser trasladados a Afganistán.
Milicianos ingresaron ayer a dos terminales de transporte en Pakistán y destruyeron 166 vehículos, entre ellos decenas de Humvees destinados a las tropas de Estados Unidos y de sus aliados en Afganistán, en el ataque más grande contra una línea vital de suministros bélicos en Pakistán, dijeron las autoridades.
El Ejército de Estados Unidos desdeñó la acción, señalando que las pérdidas de vehículos registradas ayer tendrán un impacto “mínimo” en sus operativos contra la milicia religiosa Talibán en Afganistán. Se estima que miles de soldados norteamericanos llegarán a comienzos de 2009 a Afganistán para intensificar la lucha contra los insurgentes.
No obstante, la audacia del ataque y su vasta destrucción, acrecentaron los temores de que los milicianos hayan estrechado el cerco en torno a Peshawar a fin de bloquear la ruta de abastecimientos a través del famoso Paso de Kyber.
Alrededor del 75% de los suministros para las fuerzas occidentales en ese país debe pasar por Pakistán, luego de haber sido descargados de barcos en el puerto de Karachi, en el Mar Arábigo.
Al mismo tiempo, el ataque hace perder la fe en las autoridades paquistaníes, ya bajo presiones de la India y de Estados Unidos, a raíz de los letales ataques en Mumbai atribuidos a extremistas islámicos provenientes de Pakistán.
El dueño de una de las terminales atacada ayer negó las afirmaciones del Gobierno de que la seguridad fue robustecida luego de una emboscada el mes pasado en la cual milicianos robaron un Humvee y luego lo mostraron a periodistas extranjeros.
“No nos sentimos seguros para nada, aquí”, dijo Kifayatullah Jan. Pronosticó que la mayoría de los vigilantes nocturnos abandonará sus empleos por temor al Talibán.
Unos 30 milicianos, que portaban armas de fuego y cohetes, atacaron la terminal cercana a la ciudad de Peshawar, ayer por la madrugada, dijo el policía Kashif Alam.
Un vigilante del lugar murió en el ataque y las llamas destruyeron 62 vehículos, dijo Alam.
Sin embargo, Jan, dijo que 106 vehículos fueron destruidos, entre ellos 70 Humvees, cada uno de ellos valuado en 100 mil dólares. Las otras unidades incendiadas transportaban contenedores sellados y otros automotores, entre ellos camiones de bomberos o de volteo, dijo Jan.
Los atacantes huyeron luego de un breve intercambio de disparos con la Policía, que demoró 40 minutos en arribar. Otros nueve guardias en la terminal, que no presentaron resistencia alguna, calcularon la cifra de atacantes en 300, dijo Jan. No obstante, el agente de Policía Kashif Alam, señaló que sólo 30 hombres armados ingresaron en la terminal.
En otro cercano depósito de vehículos, el Faisal, el gerente Shah Iran dijo que 60 vehículos destinados a Afganistán, así como tres camiones paquistaníes, fueron incendiados en un ataque similar.
La misma terminal Faisal fue atacada la semana pasada y 12 camiones cargados con suministros para la Organización del Tratado del Atlántico Norte fueron incendiados. Dos guardias fueron asesinados a balazos.
Una serie de ataques recientes contra camiones entre Peshawar y la frontera afgana han señalado la vulnerabilidad de la ruta al creciente poder de milicianos alineados con el Talibán en la región fronteriza.
El Ejército de Estados Unidos en Afganistán dijo en un comunicado que las pérdidas tras los ataques en Pakistán, “tendrán un efecto mínimo en nuestros operativos”.
Aún así, la OTAN está buscando una ruta alternativa a través del centro de Asia que, según ha admitido, es mucho más costosa.
Falsa llamada casi suscita guerra entre India y Pakistán
Pakistán estuvo al borde de un conflicto con India después de que su presidente recibiera una llamada de amenaza de alguien que se hizo pasar por el ministro de Relaciones Exteriores indio, Pranab Mukherjee, tras los atentados de Mumbai, reveló ayer el periódico Dawn.
El autor de la llamada logró hablar con el presidente Asif Ali Zardari en la noche del 28 de noviembre sin que se verificara su identidad y dijo que India “tomaría acciones militares si Islamabad no actuaba de inmediato contra los presuntos autores de los actos terroristas de Mumbai”.
Según el diario de lengua inglesa, cuando la llamada acabó muchos funcionarios de la Presidencia paquistaní estaban convencidos de que India “estaba tocando los tambores de guerra”, así que se inició de inmediato una intensa actividad diplomática y militar en Islamabad.
La Fuerza Aérea de Pakistán fue puesta en máxima alerta y jets militares patrullaban la capital armados, al tiempo que se enviaron mensajes de alerta sobre la gravedad de la situación a Washington, entre ellos a la secretaria de Estado, Condoleezza Rice.
Sin embargo, Mukherjee negó haber hecho la llamada cuando fue contactado por Rice en medio de la noche del viernes 28. La situación se calmó en la tarde del sábado tras intensos contactos diplomáticos.
Pero “durante casi 24 horas el incidente tuvo en vilo al mundo. Para algunos líderes mundiales la probabilidad de una guerra accidental fue muy alta”, afirma Dawn, que cita fuentes políticas, diplomáticas y de seguridad de Pakistán, que no identifica.