La policía federal detuvo este jueves a nueve presuntos integrantes del cártel de Sinaloa, vinculados a Arturo Beltrán Leyva, El Barbas, operador de Joaquín El Chapo Guzmán, tras un enfrentamiento en la carretera Cuernavaca-Acapulco en el que fallecieron dos agentes federales.
Entre los detenidos se encuentran tres ex militares. El operativo, que incluyó persecuciones carreteras y cateos en el municipio de Cuautla, fue el último que coordinó el titular de la división de Seguridad Regional, Edgar Eusebio Millán Gómez, ejecutado la madrugada de este jueves en esta capital.
El enfrentamiento, en el que también murieron dos de los delincuentes, inició cerca de las 19:00 horas en el kilómetro 6 de la citada carretera en el tramo que comunica al poblado de Xoxocotla.
En ese punto, cercano al centro turístico de Tequesquitengo, los agentes federales interceptaron a los presuntos sicarios, que viajaban a bordo de una camioneta Lobo, color gris en la que transportaban armas de alto poder.
De acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal, los detenidos forman parte del brazo armado de la organización delictiva, responsables de la seguridad del jefe de esa célula y de ejecutar a las personas que éste les ordena.
Se trata de José Odilón Verdín Rodríguez, Óscar Manuel Carrillo Orozco, alias El Jarro, Juan José Altamirano Delgado, El Mochilas, José Amador Partida Hernández, Eduardo Rojas Rodríguez y Humberto Hernández Hernández, originarios de Nayarit, Veracruz y el Distrito Federal.
Los ex militares, quienes declararon haber pertenecido al 43 batallón de infantería de la 13 zona militar en Tepic, Nayarit, entre 1992 y 1998, son Marco Antonio Vargas Tovar, El Ganso; Mario Ortega Zúñiga, El Vitrina; y Arturo Huizar Montes, El Huizar.
Tras el enfrentamiento la Policía Federal aseguró a los sicarios ocho fusiles de asalto automático G3, un M16, un lanzagranadas, un rifle AK-47, cinco granadas de fragmentación, cargadores, cartuchos útiles, chalecos tácticos y equipo de radiocomunicación.
En el lugar de los hechos, tras el enfrentamiento, falleció el agente José López Álvarez y su compañero Alejandro González García, quien pereció más tarde después de recibir atención médica.
Los sicarios muertos son Alfredo Rivas Duarte y José Guadalupe Esparza Sánchez.