Terminamos hoy el repaso al año 2008 con una de las noticias sobresalientes de este mes de diciembre. Al parecer se ha convertido en un patrón: un adolescente perece por una acción policiaca aparentemente desmedida o desproporcionada. Acto seguido, las calles se llenan de jóvenes enfurecidos, que protagonizan violentas manifestaciones y ponen en jaque a las autoridades, quemando vehículos y produciendo destrozos por doquier. El pretexto es, en un principio, protestar por una muerte en teoría innecesaria e injusta. Pero la explosión de furia tiene que ver con muchos otros motivos, algunos no tan evidentes.
Fue lo que pasó hace tres años, en el otoño de 2005, cuando los banlieus o barrios de inmigrantes franceses ardieron durante varias semanas, inicialmente por la muerte de dos jóvenes de origen africano que se electrocutaron al andarse escondiendo de la Policía. La protesta por esas muertes inútiles se convirtió en una manifestación masiva de descontento por muchas otras cosas: el racismo, el desempleo, la falta de inserción de negros y árabes a la sociedad francesa… y mejor ahí le paramos. A fin de cuentas, los disturbios fueron contenidos por la Policía Nacional francesa… lo que le ganó a Nicolas Sarkozy, entonces ministro del Interior, la fama de duro y eficiente… y eventualmente, la Presidencia de la V República Francesa. En diciembre hemos visto el mismo fenómeno en Grecia. Un adolescente radical fue victimado a tiros por un policía… el cual es apodado “Rambo” por sus colegas, lo cual no es muy buena carta de recomendación que digamos. Esa muerte sirvió de pretexto para que en las principales ciudades griegas se produjeran violentos disturbios, en los que muchas propiedades resultaron dañadas. El pretexto era protestar por la brutalidad policiaca, que según los protestantes, se suele cebar en los jóvenes. Pero el alto nivel de violencia de las manifestaciones, y el que éstas fueran seguidas por otras semejantes en distintos puntos de Europa, indica que hay algo más.
El Gobierno griego, que no es ninguna maravilla, alegó que una investigación está en curso, que el presunto responsable ya está encausado, y que nada justifica tanta violencia. Además de que mucho de ella había sido promovida por elementos de extrema izquierda y anarquistas, que siempre han tenido presencia en Grecia. La teoría es que los imitadores en otras partes de Europa son de la misma tendencia. Pero como que aquí hay otras cuestiones en juego: los jóvenes griegos (y europeos en general) se sienten maltratados no sólo por la Policía; sino por la realidad a su alrededor. La crisis que se nos viene va a borrar los pocos avances que se habían logrado en el Viejo Continente en cuanto a darle buenos empleos a la fuerza joven de trabajo. La movilidad social a través del estudio parece volverse un sueño guajiro en muchos países. Las perspectivas para el futuro de los nacidos tras la Guerra Fría parecen mucho peores de lo que fueron las de sus padres. Por ello están furiosos. Y por ello aprovechan cualquier oportunidad para demostrarlo. Lo peor es que, en cierta forma, tienen razón. Y que el próximo año sea benigno y pacífico. Nuestros mejores deseos para los amigos lectores.
