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Dieta durante cuaresma

ALIADOS DE LA FIGURA: ATÚN, POLLO, CAMARÓN Y OSTIÓN

El pescado es el verdadero protagonista de las mesas durante los días de cuaresma por considerarse un animal de agua sin impurezas.

El pescado es el verdadero protagonista de las mesas durante los días de cuaresma por considerarse un animal de agua sin impurezas.

El Universal

Existen alimentos típicos de la cuaresma que podrían consumirse en forma más frecuente para enriquecer nuestra dieta.

Una de las tradiciones de la cuaresma es no consumir carne de puerco o res, con todos sus derivados, cada viernes durante los 40 días que se prolonga. Dejar de lado este alimento tan consumido no debe representar un sacrificio, ya que incluso contribuirá a que la dieta se haga más diversa.

La cuaresma puede ser un buen pretexto para revisar nuestra alimentación. Quizá convenga hacerse un examen de laboratorio que revele qué tan altos o bajos están los niveles de azúcar, triglicéridos y colesterol. Después, con base en nuestros resultados es preciso buscar asesoría para nivelar o mantener en orden dichos índices.

Atún

El atún es un excelente alimento, pero más si se come el que viene enlatado en agua o natural y si se prepara sin mayonesa. La calificación de este alimento (en una escala del uno al diez) es de 8.73.

El color del atún varía desde el blanco hasta el rojizo, pero todas sus variedades son excepcionalmente nutritivas. De su hígado se extrae un aceite similar al del bacalao, muy rico en vitaminas A, D y ácidos grasos omega 3.

Entre sus virtudes está que es bajo en calorías y apto para diabéticos e hipertensos.

En Estados Unidos lo llaman “el pollo del mar” ya que sus cualidades nutricionales son muy similares: las dos son carnes blancas, altas en proteínas y bajas en grasa (pero sólo si se come el pollo sin piel y el atún en agua).

En el aspecto vitamínico, el pollo tiene más ácido fólico y vitaminas B2 y B5, pero el atún lo aventaja en la B1 (ocho veces más), B3, B6 y B12 (siete veces más); asimismo, la carne de atún provee vitamina D, de la cual el pollo no tiene ningún porcentaje.

Una desventaja que puede tener el atún es el colesterol. Sin embargo el que tiene no supera al de las carnes rojas, el pollo, el huevo y el hígado. En conclusión, el atún sólo podría ser perjudicial para alguien que tiene muy elevados índices de colesterol en la sangre.

Para quien desea adelgazar, el atún enlatado en agua es la opción porque aporta sólo 145 calorías por cada 100 gramos; el que lo está en aceite contiene 197 calorías, ya escurrido.

Pollo

La carne de pollo es comparable a la roja pero es más saludable, siempre y cuando se coma sin piel. La calificación que se le dio fue de 8.87. Es una buena opción para los diabéticos y los hipertensos.

Además de ser más barata que la carne de res y puerco, tiene proteínas de calidad comparable, pero sólo con una parte de grasa de aquellas.

Está comprobado que un caldo de pollo es antigripal. Tiene vitaminas B y mucho potasio, fósforo, cromo, selenio y zinc (que proporcionan energía al cuerpo por medio de las grasas y carbohidratos).

Su contenido de hierro no es deslumbrante, pero es mucho más asimilable que el de los granos y vegetales.

Una desventaja, difícil de evitar, es que para que los pollos crezcan y engorden, se usan hormonas. Éstas los proveen de grasa y pueden tener residuos de sustancias peligrosas.

Comer pollo cocinado en casa también puede contribuir a bajar de peso si se le quita la piel y se desgrasa el caldo. Pese a ello, su carne tiene tanto colesterol como la del puerco y la res.

Lo que hay que evitar es que sea frito en una mezcla de grasas saturadas (como las que usan las cadenas de comida rápida).

Camarones y ostiones

¿Cuántas veces no se le ha hecho agua la boca por sólo ver una copa con un coctel de camarones y ostiones? Pero a la par va el pensamiento de ¿y cuánto colesterol añadiré a mi cuerpo con toda esa delicia?

El nutriólogo explica que no todo lo que se piensa en cuanto a los mariscos es cierto, aunque sí hay ciertos inconvenientes.

Primero hablaremos del crustáceo que dio nombre a Camerún. A diferencia de las carnes rojas, el camarón es una magnífica fuente de proteína completa con casi nada de grasa. Esto se traduce en bajo contenido calórico y un elevado poder nutricional; un alimento ideal para quien está a régimen.

Son una buena fuente de vitamina B3 y una docena de ella satisface la necesidad de vitamina B12. Ofrecen buena calidad de calcio, potasio, fósforo y cobre, pero destacan más en selenio y yodo.

Quienes no sufren de alergia a los camarones le ven como defecto el contenido de colesterol. Aunque no es tan elevado como se piensa, sí es un poco más alto que el de las carnes de res y puerco. Si come habitualmente esta carne, el consumir camarón no hará ningún daño.

No obstante, para que el colesterol malo aumente se requiere de grasa saturada, y los camarones son increíblemente bajos en grasa (menos de dos gramos por docena).

Más digna de temor es su abundancia en sodio cuando se comen empanizados o capeados, que elevan una docena de éstos a 450 miligramos contra los 159 de los que están simplemente cocidos. Esto deben tenerlo en cuenta quienes retienen líquidos o padecen hipertensión.

Si no se abusa y se preparan con poca sal (para que no eleve la presión arterial), son benéficos. Por todo lo anterior, el camarón tuvo una calificación de 7.55.

Por otro lado, el ostión es un sensual manjar que se ha vuelto poco sano. No son tan ricos en proteína como las carnitas o el rosbif, pero la que contienen es tan alimenticia como las anteriores, con el beneficio adicional de que están desprovistos de grasas y tienen 30% menos colesterol.

Los ostiones superan a las carnes rojas en contenido de vitamina B12 (que es exclusiva del reino animal), lo cual no es malo porque se almacena en el hígado para tiempos de escasez. Contienen un poco de vitamina C y mucho hierro, tanto o más que un filete de ternera o cuatro huevos de gallina.

Una desventaja es su contenido de colesterol, pero sólo para quienes se cuidan de no elevar los niveles. Otra es que es muy probable que los ostiones estén contaminados con gérmenes patógenos y/o metales como el plomo y el mercurio.

Estos moluscos suelen proceder de criaderos que muchas veces se contaminan con aguas negras; esto puede ocasionar hepatitis, cólera o envenenamiento con plomo.

La fama de ser afrodisiacos la tienen bien ganada, ya que los mucopolisacáridos que poseen estimulan la producción de fluido seminal en el hombre y al parecer elevan la libido y la potencia sexual.

Lo cierto es que el zinc de los ostiones favorece la salud y el buen funcionamiento de la próstata.

Dadas sus propiedades, pero también sus inconvenientes, el ostión obtuvo 7.21.

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