Una causa posible de esto es que 'el excesivo contacto directo de ojos puede considerarse rudo en las culturas de Asia oriental', agregó.
La manera en que los humanos observan, reconocen y clasifican los rostros refleja diferencias culturales, según un estudio que publica la revista "Public Library of Science (PLoS)".
Los investigadores del Departamento de Psicología en esa universidad del Reino Unido y de su contraparte en la Universidad de Montreal, en Canadá, se refieren en el artículo a "cultura" y "raza" como sinónimos intercambiales.
Para su trabajo los investigadores recurrieron a 14 personas descritas como "caucásicas occidentales" y otras 14 descritas como "orientales del este de Asia", sin más detalles.
"El reconocimiento de los rostros lo logran, sin esfuerzo, personas de todas las culturas diferentes y por ello se consideraba como un mecanismo universal entre los humanos", explicó la publicación en internet.
"Sin embargo el uso de una novedosa tecnología de imagen cerebral ha permitido el descubrimiento de que las diferencias culturales causan que miremos a los rostros de manera distinta", añadió.
Los resultados del estudio "demuestran que el procesamiento de rostros no puede considerarse como algo que surge de una serie universal de eventos perceptuales", según el equipo investigador.
"La estrategia empleada para extraer información visual de los rostros difiere con las culturas", agregaron.
Roberto Caldara, de la Universidad de Glasgow y uno de los investigadores, explicó: "en una serie de estudios del movimiento de los ojos mostramos que la experiencia social tiene un impacto sobre la forma en que las personas miran a los rostros".
"Específicamente notamos una gran diferencia en los movimientos de los observadores occidentales y los del este de Asia", añadió.
"Encontramos que los occidentales tienden a mirar rasgos específicos en el rostro de un individuo, tales como los ojos o la boca, en tanto que los observadores del este de Asia tienden a enfocarse en la nariz o el centro de la cara, lo cual da una visión más general de todos los rasgos", continuó Caldara.
Una causa posible de esto es que "el excesivo contacto directo de ojos puede considerarse rudo en las culturas de Asia oriental", agregó.
El estudio lo financió el Consejo de Investigación Económica y Social y el Consejo de Investigación Médica, del Reino Unido, y, según PLoS, "brinda nuevos elementos para entender por qué la comunicación no verbal entre personas de culturas diferentes a veces es problemática".
Esto, añade la revista, es importante "en una era en la cual la globalización ha incrementado enormemente la interdependencia, la integración y la interacción entre personas y corporaciones de todo el mundo".
"Las sociedades occidentales son, en general, más individualistas, en tanto que las sociedades orientales son colectivistas; los occidentales al parecer piensan y perciben de manera más enfocada y los orientales globalmente", agregó PloS.
"Al refutar la presunción tradicional de que el procesamiento de rostros se logra de una manera universal hemos mostrado que el ambiente, incluida la sociedad en la cual nos desarrollamos, tiene mucha influencia en los mecanismos humanos básicos", indicó.
"Debería tenerse más cautela cuando se generalizan las conclusiones", agregó.