El presidente francés, Nicolás Sarkozy (izq.), estrecha la mano al primer ministro británico Gordon Brown, en la Sala Blanca de la residencia oficial del mandatario británico en el número 10 de Downing Street hoy jueves 27 de marzo en Londres (Reino Unido). (EFE)
El primer ministro británico, Gordon Brown, afirmó hoy que el Reino Unido no boicoteará la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Pekín, mientras el presidente francés, Nicolás Sarkozy, dijo que tomará su decisión en función de la evolución en el Tíbet.
"Me reservo el derecho de decir si asistiré o no a la ceremonia de apertura", dijo el presidente galo en una rueda de prensa conjunta con Brown durante su visita de Estado de dos días al Reino Unido.
El jefe del Estado francés recordó que para cuando se celebre la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos él será también presidente de turno de la Unión Europea (UE), por lo que tratará esa cuestión con sus socios comunitarios antes de tomar una decisión.
Sarkozy, que ya este lunes aseguró que no descartaba la posibilidad de un boicot político, insistió en que en los próximos meses tratará de contribuir a "pacificar" la situación.
Por el contrario, Brown descartó de plano un boicot a la ceremonia, que tendrá lugar el 8 de agosto en Pekín.
"No boicotearemos los Juegos Olímpicos. El Reino Unido asistirá a la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos", afirmó tajante el líder laborista, que recordó que el propio Dalai Lama no ha hecho un llamamiento al boicot.
El presidente galo reconoció que el Reino Unido se encontraba en una situación diferente, porque Londres albergará los siguientes Juegos Olímpicos en el 2012.
Tanto Sarkozy como Brown han manifestado su posición de que el diálogo entre las autoridades de Pekín y el líder espiritual tibetano es crucial para poner fin a las tensiones.
Desde el pasado 10 de marzo, monjes budistas secundados por la población civil han protagonizado protestas en el Tíbet para recordar el aniversario de la fracasada rebelión tibetana contra el mandato chino en 1959, que causó la huida al exilio del Dalai Lama.
Las manifestaciones desembocaron en la ciudad de Lhasa en unos disturbios que costaron la vida a 19 personas, según la versión oficial de China, aunque el Gobierno tibetano en el exilio en la India cifra el número de víctimas en las revueltas en cerca de 140 fallecidos.