El IMC expresa el pes de una persona en relación con su altura. Un índice 'normal' es de 18.5 a 24.9; y un IMC por encima de 25 se considera 'exceso de peso' u 'obeso'.
La edad del barrio en el que uno vive puede afectar el riesgo de obesidad según un estudio que difundió la Universidad de Utah y que señala los beneficios de los vecindarios donde los residentes puedan caminar.
"Los barrios más viejos se diseñaron de formas que sustentan las opciones saludables", indicó la coautora del estudio Bárbara Brown. "En los barrios más tradicionales a menudo hay veredas arboladas, con sombras, manzanas con comercios pequeños, paradas de autobús, sitios de trabajo y locales atractivos que invitan a que los residentes caminen".
El estudio encontró que los barrios construidos antes de 1950 ofrecen más posibilidades para caminar ya que a menudo se diseñaron teniendo en mente a los peatones, mientras que los barrios más nuevos a menudo se diseñaron para facilitar el desplazamiento con automóviles.
Brown es una psicóloga ambiental y social en la Universidad de Utah. El estudio aparece en la edición de septiembre de la revista American Journal of Preventive Medicine.
Los investigadores usaron información de la Oficina del Censo y de las licencias de conductores, y datos sobre el índice de masa corporal (IMC) de más de 450 mil adultos que viven en el Condado Salt Lake, en Utah.
El IMC expresa el pes de una persona en relación con su altura. Un índice "normal" es de 18.5 a 24.9; y un IMC por encima de 25 se considera "exceso de peso" u "obeso".
El estudio encontró que en los hombres que viven en barrios más tradicionales, con altos niveles de densidad de población y diseños de calles que invitan a pasear, la caminata hacia y desde el trabajo está vinculada con una reducción en la masa corporal.
Por ejemplo un hombre de 1,82 metros de altura y que viva en un vecindario sin buenas veredas y sin calles bien conectadas pesa unos 90 kilogramos, unos cinco kilogramos más que un hombre de similares características que viva en un barrio donde se puede caminar fácilmente.
"En el ejemplo de una mujer de altura promedio de unos 1.67 metros, que pese 67 kilogramos (IMC 24.9), el barrio donde sea más fácil caminar está asociado con un peso de casi tres kilogramos menos (IMC 23.9)", según este estudio.
"Si se agrega una década la edad promedio del vecindario donde se vive, se disminuye el riesgo de obesidad en las mujeres en un 8 por ciento y en los hombres un 13 por ciento", añadió el estudio.
Ethan Berke, médico y epidemiólogo en la Escuela de Medicina de Darmouth, dijo que los investigadores tienen dificultades para evaluar en qué medida el diseño de un barrio afecta el comportamiento acerca del ejercicio.
En este estudio en particular, añadió, "su definición del barrio es un poco cuestionable ya que los investigadores obtuvieron su información sobre la edad de los vecindarios solamente por los datos del censo".
Los datos del censo cubren áreas amplias, que pueden corresponder o no con los barrios reales y la forma en que los habitantes se comportan en la vida cotidiana. Además, dijo Berke, las personas que se interesan en el cuidado de su salud a menudo eligen vivir donde saben que podrán ejercitarse fácilmente.
Aún así Berke cree que esta investigación es valiosa "ya que está la expectativa de que la gente camine más, y hay un resurgimiento de las ciudades".