La incognita sobre que sucederá con la Dirección de Seguridad Pública continúa en Guerrero.
EL SIGLO DE DURANGO
VICENTE GUERRERO, DGO.- La Dirección de Seguridad está en “el ojo del huracán”: el Alcalde ratifica a Máximo Ávila por el momento y regidores comentan que está a prueba. Otros ya buscan el perfil de su sucesor.
Mientras que el regidor Juan Gerardo Serrano Montoya señala que se debe consultar a la ciudadania en caso de renovar la Dirección de Seguridad, el edil Esteban Piedra Cruz comenta que Máximo Ávila todavía está a prueba en su cargo.
Serrano Montoya, sexto regidor y comisionado de Seguridad Pública, habló de que alguien que ostente dirigir a la Policía tiene que ser avalado por la ciudadania y no sólo ser colocado por designación del Alcalde.
Abundó que debe designarse a alguien conocido por la ciudadanía, que tenga un modo de vida honesto, practicarle el antidoping y presentar una carta de no antecedentes penales expedida por el Tribunal Superior de Justicia, además de tres cartas de recomendación.
Es elemental que también presente un plan de trabajo al Cabildo e incluso ser electo de una terna de candidatos que se someta a una consulta pública.
A PRUEBA
Por su parte, Esteban Piedra Cruz, septimo regidor, comenta que Ávila Murillo se encuentra incapacitado por la lesión de bala en la mano; dice que el alcalde Enrique García Solís oficialmente no ha notificado nada por lo que el responsable de Seguridad sigue siendo el oriundo de Tamaulipas.
Aunque recalcó que está a prueba por tres meses ya que aún no es contratado formalmente, pero no se puede seguir experimentando con un puesto tan importante.
Precisa que para el caso de que hubiera cambio de director de Seguridad se debe analizar la nueva propuesta en el interior del Cabildo y sacar una terna, aparte de buscar un mecanismo apropiado en el que la ciudadanía dé su punto de vista.
Bloqueo a la información
Desde que Máximo Ávila Murillo se encuentra en recuperación, el acceso a la información ha sido bloqueado, pues el suplente Jesús Reyes dice que “por órdenes de arriba, no podemos dar datos”.
De esta manera, a la ciudadanía se le priva de conocer qué hace la Policía por su seguridad, pues no hay la intención de rendir cuentas, a diferencia de cuando Ávila Murillo estuvo al frente de la corporación.