Inquietos se mostraban los comuneros de Piélagos, ya que después de viajar varios kilómetros para asistir a una audiencia en el Tribunal Unitario Agrario la postergaron como lo hacen de manera constante.
Solamente pagan aprovechamientos a quienes comulgan con sus ideas; a quienes se oponen los expulsan.
Varios comuneros recorren cientos de kilómetros con el fin de reclamar el pago de sus utilidades por el aprovechamiento de madera en rollo de la comunidad de Piélagos, municipio de Otáez, pero en el Tribunal Unitario Agrario son incapaces de lograr una pronta solución, ya que desde hace años tienen empantanado el problema, por lo que los afectados acusan que impera el burocratismo.
Fueron convocados a una audiencia –como en otras muchas ocasiones- y por una causa u otra la posponen; el martes citaron a 25 comuneros que denuncian a los directivos de Piélagos por no cubrir las utilidades del presente año, pero por falta de preparación del juicio se postergó hasta el 14 de noviembre.
Ayer –10 de septiembre- se repitió el problema: asistieron a la audiencia otros cinco comuneros que fueron ilegalmente expulsados del organismo porque exigen a los directivos transparencia en la comercialización de madera y reparto de utilidades, pero no se presentaron los demandados y la transfirieron.
Peregrinar.
Cabe señalar que algunos comuneros se tienen que trasladar desde tierras lejanas para exigir sus derechos; tal es el caso de Rosa, Fermín, José Carmen, Socorro, Esther y Consuelo, todos de apellidos Corral Mejorado, así como Natividad Gandarilla, quienes estuvieron en el Tribunal Unitario Agrario desde temprana hora y no resolvieron nada. Comentan que este año les negaron las utilidades.
Señalan a los directivos Juan García Zurita, Luis Mejorado y Modesta Corral Núñez, presidente, secretario y tesorera, respectivamente, de hacer mal uso de las utilidades, tal como sus sucesores de quienes son parientes, todos amafiados con quien se dice su asesor, Víctor Manuel Loera.
Despojo.
Por otro lado, ayer Miguel Corral Núñez, Lucía Nevárez Favela, Raymundo, Rubén y Javier Mejorado Meraz, herederos de los fundadores de la comunidad, fueron expulsados por exigir honestidad a los directivos y esa palabra es prácticamente un insulto para quienes se enriquecen con la explotación del bosque, sin dar cuentas a nadie, pues con dinero han sabido comprar conciencias hasta de autoridades federales.
Este problema de Piélagos data desde 1971, cuando la Secretaría de Reforma Agraria, con el supuesto afán de regularizar predios, les autorizó el ingreso de gente ajena a la comunidad, avecindadas y hasta muertos anotaron en las listas para repartir utilidades.
Corrupción.
Los que peleaban sin derecho las utilidades hoy se las reparten a su gusto, ante la complacencia de las autoridades, pues tienen autorizado aprovechar un promedio de 18 mil metros cúbicos de madera en rollo al año, sin considerar la madera que sacan de manera ilegal y otra que tienen regada a lo largo del camino, de lo cual responsabilizan a los “mariguaneros” que utilizan varios predios para la siembra de droga, sin ser molestados.
Los cinco comuneros expulsados exigen a las autoridades una pronta solución, pues desde 15 de abril de 2007 la directiva de Piélagos dejó de pagarles utilidades por no ser compatible con sus ideas e insanos propósitos, añaden.
Directivos como autoridades emplean medidas dilatorias para desalentar a más de 100 comuneros afectados, pero señalan que seguirán hasta las últimas consecuencias.