El IPADE realiza toda una serie de actividades para celebrar su X Aniversario en La Laguna, en la fotografía aparece Aurorita Máynez, parte importante de la Institución en La Laguna.
Para Carlos Llano dirigir una empresa “implica, casi inevitablemente la acción de corregir”, ya que la dirección no sólo es un camino recto que debe andar la empresa, sino que implica un camino constante de correcciones ante un escenario económico adverso de un país, por lo que el empresario o el directivo debe hacer ajustes al respecto y volver nuevamente a emprender el camino.
Entrevistado vía telefónica, el presidente fundador del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas (IPADE) participará el 14 de junio dentro del marco del décimo aniversario del IPADE Torreón, con su exposición Dirección Recta y Correcta, por lo que puntualizó al respecto que los directivos de una gran o pequeña empresa deben entender que el camino que se tiene siempre al estar al frente de un negocio es hacia a una corrección constante, ya sea de estrategias, de acciones, de metas y de objetivos ante un escenario de competencia global. Lo anterior se aplica también al recurso humano, ya que ello permitirá un crecimiento económico y expansión del negocio, pero también el desarrollo del personal.
De acuerdo al IPADE el empresario de América Latina tiene una mayor tendencia a regañar a sus subalternos y no a corregirlos, en el buen sentido de la palabra, precisó Llano. Para él es muy claro que el corregir una conducta laboral permitirá una mejoría paulatina y un crecimiento en todos los sentidos. Por ello mencionó que es adecuado realizar cambios de actividades o acciones al no ver resultados favorables.
“El trabajo en la organización no es un trabajo dirigido, sino también corregido”. El presidente fundador del Instituto mencionó que la persona que recibe una indicación correctiva se dará una serie de maduraciones.
Contrario a lo que muchos empleados piensan, pero con este proceso de dirección y corrección se logra indiscutiblemente una mejoría para el trabajador, un crecimiento personal.
Para Llano debe existir dentro de la empresa (directivo y empleado) un sentimiento de amistad, en el sentido de camarería, sino el desear una mejoría en la persona, un desarrollo laboral y personal. Él lo define como una corrección positiva, ya que lejos de buscar castigar por una falla o falta en el desempeño, se debe perseguir mejorar prácticas laborales, buscando obtener mejores resultados para todos.
Por ello, los empresarios mexicanos y de América Latina deben sentarse y ponerse a pensar si le interesa sólo castigar, llamar la atención a los empleados delante de todo el personal o más bien corregir una operación del trabajador incorrecta, para evitar otras fallas y mayores costos para la empresa.
Si algunos piensan que lo mejor es aguantar las cosas antes de enfrentarse a ellas, tanto por parte de directivos, manos medios o trabajadores, pues lamentablemente no es la solución correcta. El presidente fundador del Instituto comulga más con la idea que debe hacer enfrentamientos para corregir ciertas acciones para mejorar a las personas, pero no tanto con el afán de exhibir o castigar, sino de crecer, de hacer mejor las cosas.
Reconoció que no todos los directivos pueden manejar esta acción de dirigir y corregir dentro de un negocio, ya que existe en las personas un carácter más blando que duro, sin embargo, consideró que “el estilo de mando de empresa debe sólo enfocarse a ser sólo justo, con miras a un desarrollo de la persona”.
Aunque no se crea dicho proceso es difícil y arduo de implementar, sin embargo, ya se da en empresas mexicanas, sobre todo en La Laguna, en donde aseguró, Llano existe un mayor sentido de comprensión de trabajo humano para su citar su potencial de desarrollo.