"Otra copa, queremos otra copa" y "Nueve copas, queremos nueve copas" fueron los coros más constantes, y llenos de énfasis por parte de los integrantes de la porra Perra Brava al disfrutar del triunfo de Toluca.
Los "perristas" sí querían festejar el triunfo, sí confían en sus Diablos Rojos, pero nunca se imaginaron que fuera tan rápido y relativamente fácil ante un Cruz Azul que venía con buen desempeño.
Pero los goles del defensa central paraguayo Paulo Da Silva y de Amaury Ponce los embriagaron aún más de felicidad, porque por cuestiones etílicas casi ya lo estaban con tanta cerveza que ingirieron en el camino y en el estadio.
"Toluca va ser campeón", fue otro de los coros que retumbaron a pesar de no ser mayoría en las gradas y "Diablos, Diablos, Diablos", para patentar el cariño hacia el cuadro escarlata.
Y para denostar al equipo contrario también cantaron "tengo una muñeca vestida de azul" y otra más subidas de tono para plasmar el rencor deportivo y la superioridad de sus futbolistas.
Para los aficionados celestes fue una fría, muy fría noche, a pesar de que la porra Sangre Azul jamás dejó de cantar e impulsar a sus jugadores, quienes en la cancha estuvieron por debajo de lo demostrado en cuartos de final y en semifinales, además de toparse con el orden defensivo de los visitantes.
Rostros tristes, marchitos, desesperados y hasta con lágrimas se vieron en las gradas por la desilusión de que tal vez no se gane la novena copa y pasen los once años sin poder levantar el trofeo.
Ademanes, corajes, insultos y demás acciones tuvieron los aficionados cada vez que los celestes no pudieron armar sus avances, cometieron sus yerros y fallas, como la de Miguel Sabah, solo ante el arquero argentino Hernán Cristante.