Sus Satánicas Majestades en los 60
Ya van para 50 años de seguir rolando, y es que si no fuera así ¿a qué otra cosa dedicarían su vida Jagger, Richads, Watts y Wood?, si, seguirían de músicos, pero el que los Rolling Stones existan hasta el día en que muera el último de sus miembros le da cierto balance al universo, por lo menos a esa conclusión es a la que han llegado los científicos.
Iniciaron siendo un unos adolescentes que amaban el Blues sucio, áspero, el que cala hasta el alma, de los músicos negros de los Estados Unidos. Mick Jagger y Keith Richards adoraban a Bo Diddley, a Muddy Waters y a Fats Domino, se juntaron con Brian Jones, este odiaba practicar deportes pero Dios le dio el don de poder tocar cualquier instrumento que tocaran sus manos.
Finalmente se junto otro joven que tocaba la bateria llamado Charlie Watts, muy diferente a ellos, el era serio, tranquilo, y amaba el jazz y no mucho al Blues, menos al Rock and Roll. Se lanzaron junto a un bajista serio y viejo para ellos (26 años) llamado Bill Wyman, a la aventura musical con los covers de Blues, Blues tocado por blancos de clase media, alejados por todo un océano del epicentro de esta música.
Sin darse cuenta desarrollaron del Blues un estilo musical que hasta la fecha solo se puede clasificar como sonido Stone. Dejaron los covers y empezaron a componer sus propias canciones, incitados por su nuevo manager, Andrew Loog Olham, quienes gritaban a los cuatro vientos: ¿permitiría que un Stone saliera o se casar con su hija?, y pues viendo la pinta de Richards o Jagger la respuesta era lógica.
Los Stones eran populares, depravados, sucios como el Blues y su música, todo lo que los Beatles no eran (a la luz pública). La música evoluciona y Jagger estaba a un paso de ser el biggest frontman de la historia del rock. Es 1966 y se publica la obra maestra Aftermath, con canciones como Paint in Black, negra como el espíritu Stone y tan clara como la citara que toca Brian Jones en esta pieza. También aparecen las canciones 19th Nervous Breakdown y Under my Thumb, que parece que la compuso el mismo diablo.
Seguiría el album Between the Buttons con la maravilla melódica llamada Ruby Tuesday y esa invitación a evitar la soledad en la canción Let´s Spend the Nigth Together. No se si por el mercado o por el ego editaron Their Satanic Majesties Request, un álbum especie Sargento Pimienta, donde luce Brian Jones como el melotrón y en donde encontramos como sencillo She´s a Rainbow.
En 1968 da a luz Beggars Banquet, con su portada de la taza de baño en… digamos en una gasolinera de carretera. Escuchamos Parachute Woman, mi canción Blues Stone favorita, Sympathy for the Devil, donde el demonio es el personaje teatral que controla a la humanidad y Street Fighting Man, una inyección de adrenalina a tu corazón y que al escucharla te hace pensar que toda tu vida en realidad has estado muerto.
Jones muere ahogado en la alberca de su casa, el niño genio que tocaba más de 40 instrumentos y que ni los mismos Stones llegaron a comprender. Solo quedaba mirar hacia delante, organizan en California un concierto masivo, al parecer por envidia al éxito de Woodstock, y al momento de tocar Sympathy for the Devil los fans y los elementos de seguridad, que eran los Hell´s Angels, se encontraban en plena golpiza que acarreo la muerte de un fan.
La paz y el amor de los 60 eran un mito y a partir de aquí ya nadie lo proclamaría. Finalmente despiden la década con el album Let it Bleed, dejando sangrar el espíritu de los 60 con canciones como Gimme Shelter. Despiden el album con la melodía You Can’t Always Get What You Want, con su coros Gospel y su sonido in crescendo, a la par de dejar de legado a la humanidad la sabiduría de una letra que nos dice que no siempre podremos obtener lo que queremos, pero si nos esforzamos a lo mejor obtendremos lo que necesitamos.
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