Lupe no es ningún Fiasco (y un poco del concierto de Tacvba).
No puedo evitarlo, llevo días que en mi cabeza no se quita la melodía de Superstar de Lupe Fiasco, en la que colabora su compadre el músico de rock folk, Matthew Santos, mejor conocido como actor de la serie The West Wing. Por cierto con Matthew Santos ya había colaborado en la canción American Terrorist. Últimamente me he estado adentrando en el Hip Hop de este nativo de Chicago, estupendo MC y músico, se junta con la gente correcta como Jay Z, Pharrel Williams o Unkle y en dos años se ha afianzado como la nueva figura del Hip Hop alternativo, siendo un suceso de criticas y ventas.
Lupe Fiasco es de religión musulmana, lo que le ofrece una perspectiva muy espiritual en sus letras, donde la rabia del Hip Hop callejera es racionalizada, si no chequen la rola Dumb it Down. En Superstar me gusta su crítica al mundo de la farándula y como es que ésta carcome a los que están ahí y los que desean estarlo. Con la joven Nikki Jean interpreta su tributo al Hip Hop, Hip Hop Saved my Life.
Hasta el momento Lupe Fiasco ha editado dos larga duración: Lupe Fiasco’s Food & Liquor y The Cool, el primero con cuatro nominaciones al Grammy y el segundo como el álbum de Hip Hop más aclamado de 2007 después del Graduation de Kanye West.
Cambiando de tema, ya he escrito mucho de Café Tacvba, que sería el texto obligado por su presentación del pasado viernes en el Coliseo Centenario. Tacvba cumplió, aunque fue una pena que no presentaran su show completo con pantallas y luces como lo hicieron en Monterrey, que incluía sesión acústica y sesión del Revés, ya que el Coliseo por sus dimensiones se prestaba para esto. Ahora sí que en este aspecto fue un concierto de provincia, austero en lo visual, pero al fin y a cabo es Café Tacvba y punto, ¿qué importa si traen show visual o no?
Sus canciones son de lo mejor que ha dado el Rock and Roll global en los últimos 20 años, y con sólo escucharlos en vivo es más que suficiente, aunado a que tal vez el costo no podría cubrir un show de estas dimensiones. Cabe destacar el rostro de felicidad y goce de Rubén Isaac Albarrán en el escenario, quien al realizar su trabajo te das cuenta de por qué la propuesta de Café Tacvba es tan humana y viva. Ahora sólo queda esperar qué se nos presenta en el horizonte lagunero con respecto a conciertos de rock. Por lo pronto la entrada para Café Tacvba -aún lejano al lleno- fue mejor de lo que pensaba (aunque no sé qué tanto de los boletos fueron regalados por el Icocult), y espero estos detalles animen a los empresarios locales a invertirle.
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