2008 y su cosecha metalera.
Me encantaría dedicar la columna del día de hoy a reseñar alguno de los discos sobre los que pienso comentar, pero no he escuchado lo suficientemente alguno para dedicarme a este ejercicio, aunque Death Magnetic de Metallica obliga a reseñarla ya la próxima semana.
Previo a este 2008 se anunció el lanzamiento de una serie de álbumes de varias bandas de metal que consideramos clásicas, lo cual creaba una inmensa expectación por la larga espera para recibir un nuevo álbum de estudio, y también porque al habernos presentado en algún momento de su carrera algún disco bastante malito uno podría pensar que lo peor ya pasó, y por lo pronto la tendencia así lo marca.
Vamos a ver, Testament lanzó a finales de abril The Formation of Damnation, a nueve años de The Gathering de 1999, y la tendencia es que la banda de Trash de San Francisco aún tiene lo suyo, aparte que benefició el regreso de Alex Skolnick a la guitarra (quién cofundara a la banda a los 15 años).
Judas Priest, que la verdad no es una banda que le sigo la pista, lanzó también en abril el álbum Nostradamus, y yo sé que cada nueva placa del quinteto de Doping y compañía es un boom en el mundo del british metal, aunque parece ser que no ha gustado mucho a la crítica.
En junio Mötley Crüe, después de ocho años, regresan con los cuatro motherfuckers de siempre que todos añoramos con un muy buen disco que se disfruta bastante, Saint of Los Angeles, y la verdad es un Mötley que musicalmente da gusto, la banda acoplada y sin pretensiones, rescatando lo mejor de su esencia pero sabiendo que ya no es 1987.
Slipknot, (¡Ups…! ellos no son clásicos, no todavía), demuestran el por qué son una banda de culto en los Estados Unidos, y en agosto All Hope is Gone pone al descubierto una banda madura con un sonido que Chris Steffen, que la revista Rolling Stone clasificara como sofocante, y que confirma, por si alguien le quedaba una duda, de que esta banda de Iowa llegó para quedarse y que no fueron flor de un día.
Septiembre nos trae el disco más esperado de la escena, y del último trienio del mercado del rock and roll en general, pero del Death Magnetic de Metallica ya hablaremos en una semana.
La cereza del pastel, buena, para muchos es el pastel entero, es por fin (Dios si existe), un nuevo álbum de AC/DC después de ocho largos años, Black Ice es el nombre del decimoquinto álbum de estudio de la banda de los hermanos Young y que dará luz oficialmente el próximo 20 de octubre, y por lo que hemos escuchado en su nuevo sencillo, Rock and Roll Train, es AC/DC siendo AC/DC, ¿podemos pedirle algo más a la vida?
Como existe una gran infinidad de bandas que de seguro lanzaron material este año los invito a que coloquen sus comentarios acerca del tema tratado el día de ahora en:
http://www.elsiglodetorreon.com.mx/espectaculos/
