El Trastorno de Deseo Sexual Hipoactivo afecta casi todos los aspectos de la vida de las mujeres y puede convertirse en una preocupación constante.
Poco se conoce de este problema, ya que en el universo femenino no es algo que se trate abiertamente, a pesar de que es mal de muchas mujeres.
Las mujeres tratan algunos temas en voz baja, sólo entre amigas o familiares, sobre todo cuando son asuntos relacionados con la sexualidad.
Hay cosas de las que se sabe poco, como el Trastorno de Deseo Sexual Hipoactivo (HSDD, por sus siglas en inglés), que inhibe el interés sexual y en muchas ocasiones acarrea serios problemas de pareja.
El asunto no es tan raro como pudiera pensarse, ya que en la última reunión clínica del Colegio Americano de Gineco-Obstetras se informó que esta disfunción afecta a una de cada diez mujeres y lo peor es que únicamente una tercera parte de ellas pide orientación o ayuda a algún profesional de la salud.
Cartas sobe la mesa
En la reunión, los especialistas dejaron en claro que el padecimiento es un tipo de disfunción sexual femenina, al que definen como la disminución de sentimientos de interés sexual, ausencia de fantasías sexuales y falta de deseo.
Todo este conjunto de elementos ocasiona una marcada angustia o dificultades interpersonales.
El Manual de Diagnósticos y Estadísticas de los Trastornos Mentales (DSM-IV) de la Asociación Americana de Psiquiatría señala que la HSDD no es causada por alguna enfermedad médica o algún fármaco.
De acuerdo con los especialistas se trata de una enfermedad con alta prevalencia, pero poco diagnosticada. El mal, agregan, puede tener efectos dañinos en la calidad de vida de la mujer, dado el impacto negativo que tiene en sus relaciones de pareja.
Discreta disfunción
La doctora Sheryl Kingsberg, experta en salud sexual, no tiene duda en que “aun cuando el sexo es un tema cotidiano de conversación en los medios de comunicación y en la sociedad en general, los problemas sexuales de las mujeres rara vez se comentan”.
En este escenario, la disminución del deseo sexual tiene efectos dolorosos reales y que se pueden medir en las mujeres.
La enfermedad afecta casi todos los aspectos de su vida y puede convertirse en una preocupación constante.
“Tanto las pacientes como los doctores pueden sentirse incómodos al comentar la historia sexual de una mujer, pero debemos alentar a las mujeres a buscar ayuda profesional si se sienten angustiadas porque su nivel de deseo sexual se ve disminuido”, recomienda Kingsberg.
Sexo y cerebro
Los especialistas dicen que los neurotransmisores del cerebro y las hormonas sexuales desempeñan un papel en la función sexual normal.
La mente, señalan, es clave para las respuestas sexuales y, aunque los tratamientos hormonales pueden beneficiar a algunas mujeres que padecen HSDD, como por ejemplo, a las que han tenido menopausia quirúrgica, a aquéllas que les han extirpado ovarios o la matriz, ésta no es la solución ideal para los millones de mujeres que padecen deseo sexual disminuido.
En el encuentro científico se informó que la farmacéutica Böehringer Ingelheim tiene en marcha el programa Bouquet (siete estudios clínicos) que investiga un compuesto no hormonal, como tratamiento potencial administrado por vía oral diariamente para las mujeres que padecen HSDD.
Los resultados del Bouquet serán conocidos a finales de este año y representarán un avance importante en el entendimiento de este padecimiento, quizás ofrezcan esperanza a millones de mujeres y a sus parejas afectadas por este tipo de disfunción sexual femenina.
Los objetivos clínicos de los estudios se basan en la orientación recibida de la FDA, e incluyen la medición de los aumentos en el nivel de deseo sexual, la disminución de la angustia relacionada con un deseo sexual bajo, así como el número de “eventos sexuales satisfactorios”.
Además proporcionarán una mejor comprensión del potencial de un fármaco como posible opción para el tratamiento oral diario de las mujeres que sufren este trastorno.
