Familiares de internos en el Penal de Topo Chico discutieron con elementos policiacos debido a que desconocían la situación después de que estalló el motín. (Agencia Reforma)
A menos de 24 horas de que 130 reos del penal del Topo Chico, en Nuevo León, protagonizaran un motín hacia el interior, ayer a medio día se repitió la historia, sólo que en esta ocasión tuvieron que intervenir las fuerzas federales para disolver el conflicto.
Desde lo sucedido durante la tarde del martes, las cosas al interior del centro penitenciario permanecían tensas, por lo que discretamente la Secretaría de Seguridad Pública del Estado comenzó el traslado de prisioneros hacia otros reclusorios, con la finalidad de devolver la calma.
A medio día de ayer una vez más se escuchó el estruendo del plomo proveniente de las armas de las autoridades quienes trataban de recobrar el sosiego que debe caracterizar a uno de estos lugares.
El secretario de Seguridad Pública del estado, Aldo Fasci Zuazua, reconoció un grupo de sicarios del narcotráfico está tratando de tomar el control del penal del Topo Chico y esto disgustó al resto de la población de presos, por lo que ellos mismos tomaron la justicia en sus manos y arremetieron contra los que intentan extorsionarlos, cobrarles derecho de piso y hasta brindarles protección a cambio de cuotas mensuales.
El funcionario estatal explicó en rueda de prensa que al menos unos 100 internos, que se presume pertenecen a las mafias del crimen organizado, fueron agredidos por otros dos mil reos que no están de acuerdo con los actos de extorsión y que en reiteradas ocasiones lo han denunciado.
Aldo Fasci comentó que el problema tiene aproximadamente un mes de haber sido detectado y están haciendo lo posible por mantenerlo controlado, sin embargo, está en riesgo el control del penal y la vida de los internos.
Las familias protestan
Alrededor de 150 familiares de internos del Penal del Topo Chico cerraron la vialidad en las avenidas de Penitenciaría, Rodrigo Gómez y Aztlán, en forma de protesta y en su intento por ver a sus familiares, a la vez que exigían a las autoridades les den información.
Después de la negativa de no permitirles el acceso al Penal del Topo Chico los familiares de los reos iniciaron disturbios lanzando pedradas a las oficinas y dirección del centro penitenciario.
Dos agentes intentaron poner orden, pero salieron lesionados entre empujones, golpes y gritos por parte de los familiares.