Mientras en Estados Unidos hay intentos por frenar su avance, en México la despenalización del aborto está a punto de ser avalada por la Suprema Corte de Justicia en una decisión por demás controversial para la sociedad mexicana.
Usted recordará que la Asamblea Legislativa del Distrito Federal aprobó en abril de 2007 despenalizar la práctica del aborto para las mujeres hasta con 12 semanas de embarazo.
Meses después la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y la Procuraduría General de la República demandaron, cada quien por su cuenta, invalidar dicha resolución ante la Suprema Corte de Justicia.
Los argumentos fueron diversos, entre otros la evidencia de que la vida humana comienza desde la concepción misma y que en un aborto provocado se violentan los derechos del padre, quien rara vez es consultado en una decisión de esta naturaleza.
Lo sorpresivo en la Suprema Corte fue que sólo los ministros Salvador Aguirre y Mariano Azuela se manifestaron a favor de la vida y en contra de la decisión que tomó la asamblea capitalina con mayoría perredista.
Hasta el miércoles por la tarde un total de siete ministros se habían pronunciado a favor de avalar la despenalización del aborto lo que sin lugar a dudas abrirá las puertas para que otros estados de la República Mexicana aprueben leyes similares.
En una sociedad con mayoría católica y en un Gobierno panista que abiertamente reprueba la práctica del aborto, resulta por demás sorpresivo que los ministros de la Suprema Corte avalen una ley tan controversial y que sin lugar a dudas ha venido a dividir a la sociedad mexicana, especialmente en el Distrito Federal.
Durante los setenta años de dominio priista nunca se presentaron situaciones de tal naturaleza a pesar de la existencia de la influencia de los grupos de izquierda en el seno del partido tricolor.
Si la Suprema Corte de Justicia de México concreta su sentencia a favor de la despenalización del aborto será muy difícil frenar esta avalancha liberal que llegó a México a través de los Gobiernos perredistas, especialmente en la capital azteca.
Obviamente en este tema del aborto como en tantos de índole moral y ético, son los políticos quienes han tomado estas banderas con fines electorales. La realidad es que en México el aborto se practicaba de manera clandestina y se perseguía en raras ocasiones.
Ahora esta despenalización ofrecerá tantas facilidades que incluso aquellas mujeres que no pensaban en la posibilidad del aborto podrán llegar a contemplarlo.
En Estados Unidos la legalización del aborto es todavía tema central de los debates políticos y electorales con todo y que fue aprobado hace unos cuarenta años.
En meses recientes la Suprema Corte validó una ley que prohíbe el aborto durante el tercer trimestre del embarazo y en cada campaña política surgen los debates en torno a la legalización de tan discutida acción.
En varios estados existen propuestas para limitar el aborto que llega al extremo de practicarse en mujeres menores de edad sin ser autorizado por los padres como ocurre en cualquier intervención quirúrgica de magnitud.
Lo cierto es que los vientos liberales soplan demasiado fuerte en estos tiempos de confusión moral y libertinaje social.
Todo ello a pesar de que científicamente queda claro que la vida de un ser humano no inicia en el momento del parto, tampoco en el quinto o séptimo mes del embarazo. La nueva vida inicia en el instante que el óvulo se une al espermatozoide y por ello nadie tiene derecho a violentar el desarrollo de una nueva criatura.
Ni en el mundo animal se provocan los abortos, ¿por qué habríamos de inducirlos en los seres humanos?
Envía tus comentarios a
josahealy@hotmail.com