PELIGRO. Los indocumentados tienen que caminar más de ocho días en el desierto para poder cruzar a los Estados Unidos.
“Llegué a tomar orines de vaca porque tenía demasiada sed después de haber caminado ocho días por el desierto”, dijo Jorge Gamillo, al recordar.
El riesgo
La gente hace lo posible por cruzar la frontera del país vecino para poder ganar un poco más de dinero aunque con eso pongan en riesgo su vida, dijo Wilebaldo Betancourt, Subdelegado del Instituto de Migración, de Torreón. Agregó que el 70 por ciento de los inmigrantes son hombres, a comparación de un 15 por ciento de mujeres e igual cifra de menores, además el año pasado se aseguraron 487 inmigrantes y en lo que va de éste, alrededor de 189. Explicó que principalmente hay personas que viajan en tren desde Guatemala, Honduras y El Salvador para poder cumplir el tan anhelado sueño americano.
Señaló el Subdelegado que en lo que se refiere a Torrreón se realizan operativos en diversos puntos de la ciudad pero específicamente en las colonias Vicente Guerrero y Lázaro Cárdenas, ya que por ahí cruza el tren que llega hasta la frontera.
Casi se ahogaba
“Yo crucé por primera vez la frontera a los quince años, tuve que caminar por más de ocho días en el desierto, sin comer ni tomar agua, lo único que yo llevaba era una mochila con un cambio y una chamarra, pero el cansancio me agotó y empecé a despojarme de lo que llevaba, excepto la chamarra, porque en las noches hace mucho frío. A mí me tocó ver morir a un padre y sus dos hijos, ya que los dos niños se cayeron del vagón y quedaron mutilados, al igual que el hombre que trató de ayudarlos. También llegué a ser asaltado por maleantes que son racistas. En una ocasión, al tratar de pasar el río Bravo, estuve a punto de ahogarme porque la corriente me arrastró, pero logré salir vivo. El sueño que uno busca en ese país es sólo una mentira, porque trabajamos en la obra cargando carretillas, pizcando y haciendo lo que los americanos no quieren.
Ahora que tengo ami familia, les cuento lo que sufrí y jamás los dejaré irse de mojados”, dijo Jorge Gamillo, migrante.
La desilusión
Aunque Gabriel Martínez tenía la ilusión de trabajar en Estados Unidos, eso no sucedió ya que él y tres personas más fueron brutalmente golpeadas antes de poder cruzar. “El pollero nos dijo cómo pasar el río, pero unos hombres salieron al paso y nos golpearon con bats. Después de dejarnos casi inconscientes nos tiraron cerca de unos matorrales, creían que estábamos muertos, nos quitaron nuestras credenciales y el poco dinero que traíamos. Personas de un grupo de ayuda nos hallaron y nos llevaron a recibir atención médica a Ciudad Acuña, ahí me atendieron, tenía golpes en el cuerpo. Salí de la clínica y les pedí a los conductores que iban pasando que me llevaran con ellos, para regresar a Jalisco de donde soy originario, pero la gente cree que estoy loco porque ando sucio. Sólo quiero volver con mi familia”, dijo Gabriel.
Operativos
En los opertivos que se hacen en la región de la Comarca Lagunera se ha detenido principalmente migrantes del estado de Durango y extranjeros de America Latina.