Al interior del CERTMI se puede encontrar a varios jóvenes que intentan rehabilitarse e integrarse nuevamente a la sociedad.
El Siglo de Durango
Delincuencia
Por lo menos el 60 por ciento de los jóvenes que ingresan al CERTMI las utiliza
Durango. Adalberto, nombre ficticio para proteger su identidad, tiene 14 años, acaba de salir del Centro Especializado de Readaptación y Tratamiento para Menores Infractores (CERTMI) e ingresó a este lugar por el delito de robo. Este joven, además, se dedicaba a vender droga, sobre todo “cristal” en algunas escuelas primarias, que vendía como pan caliente, explica la directora de este lugar, Gabriela Avelar Villegas, a quien le contaba sus historias.
Iba “cruzado” con varias drogas
Otro de los casos es el de Anastasio, este joven apenas tiene 20 días de haber ingresado al Centro, fue por haberse robado una camioneta cuando estaba “pasado” ya que combinó “cristal”, marihuana y alcohol. Apenas tiene 17 años y ya es padre de una niña de siete meses, pero ya inició su historial delictivo.
Nada más salía de trabajar y se iba con sus amigos a la esquina, por donde vive, y se juntaba con jóvenes de 18, 20 y 22 años. Ahí iba una persona en bicicleta a darles su “churro” de marihuana. Cada cigarro les costaba diez pesos. Él se fumaba un cigarro completo diario, pero sus amigos cuatro o más, o se la pasaban fumando todo el día.
Estos dos casos son apenas algunos de los 77 menores que se encuentran en el CERTMI, cuatro son mujeres. La drogadicción afecta a por lo menos el 60 por ciento de los menores y las drogas consumidas en orden de importancia son: “cristal”, marihuana, alcohol e inhalables.
En ocasiones cuando ingresan los jóvenes llevan grandes problemas de adicción, por lo que deben tener un tratamiento psiquiátrico para su rehabilitación, pues ya se han registrado dos intentos de suicidio. Otros tienen ya daños cerebrales por el alto consumo.
Al ponerse en vigor la reforma en septiembre del 2006 del Código de Justicia para Menores, la población en el CERTMI se disparó notablemente
120
De 45 menores que antes se tenían en promedio en el 2006 en el Centro, las cifras se dispararon a más de 120 y hasta 125, pero hoy ya hay más estabilidad.
50
Pesos cuesta una bola de “cristal”, que puede tener seis o siete dosis en el mercado. Esta droga llegó a costar diez pesos la bola y fue muy accesible
