El presidente Mahmoud Ahmadinayad anunció aer que Irán posee ahora 6 mil centrífugas en su planta de enriquecimiento de uranio en Natanz. Eso aumenta de manera significativa la cifra de máquinas de enriquecimiento de uranio de Irán, informó la agencia noticia semioficial Fars.
Irán declaró en abril que su propósito era duplicar la cifra de tres mil centrífugas que funcionaban en Natanz, una planta subterránea de enriquecimiento de uranio.
La afirmación de que Irán ha alcanzado ese objetivo seguramente indignará a Estados Unidos y a otras potencias nucleares. Washington y sus aliados han exigido a Teherán que cese el programa pues teme que use la tecnología para desarrollar armas atómicas. Irán ha dicho que sólo usará el uranio con fines pacíficos.
El líder iraní formuló el anuncio una semana después que Estados Unidos dio marcha atrás a su actitud intransigente con Irán al enviar a un importante diplomático a participar en negociaciones destinadas a ofrecer incentivos a Teherán a cambio de su renuncia al programa nuclear.
“El Irán islámico posee hoy seis mil centrífugas”, declaró Ahmadinayad a profesores universitarios en la ciudad nororiental de Mashhad, según Fars.
Ahmadinayad dijo que las potencias occidentales aceptaron que Irán continúe con su programa siempre y cuando no exceda de las 6 mil centrífugas, informó la radio estatal.
“En el día de hoy (las potencias occidentales) han aceptado que las existentes cinco mil o seis mil centrífugas no sean aumentadas y que la operación de esa cifra de centrífugas no es un problema”, señaló Ahmadinayad ayer, de acuerdo con la radio estatal.
Pero las aseveraciones del presidente iraní parecen contradecir el criterio de las potencias occidentales. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó hasta el momento tres rondas de sanciones contra el país por su negativa a suspender el enriquecimiento de uranio.
Las sanciones fueron acordadas cuando Irán contaba con unas tres mil centrífugas en operación en Natanz. Se desconoce por qué ahora que Irán ha duplicado las centrífugas, las potencias occidentales aceptarían ese nuevo desarrollo sin implementar nuevas sanciones.
