Empleados trabajan en la demolición del DVR.
Colonos, comerciantes y trabajadores han tenido que ‘lidiar’ con el Distribuidor desde su construcción hasta la demolición
Durante casi año y medio que duró su edificación, se acostumbraron a circular entre polvo y material de construcción. Ahora, comerciantes y trabajadores de negocios alrededor del Distribuidor Vial Revolución, resignadamente se habituaron a desplazarse, entre escombro, polvareda, restricciones viales y ruido de las máquinas que carcomen el concreto, para echarlo abajo porque estuvo mal hecho.
Para ellos, el DVR es parte ya del escenario urbano y de su rutina. Ya no se quejan, sólo piden apoyo para que se refuerce la vigilancia vial para realizar maniobras de carga y descarga más rápidas y seguras. Reconocen que en ventas han tenido una baja, según José Luis López, encargado de una ferretera.
“Ya nos acostumbramos al ruido de los tráileres, a los acelerones de los motores y sonidos de los claxon de automovilistas desesperados por avanzar, sobre todo en horas 'pico'. Es el pan de todos los días”.
Este negocio se encuentra frente al viaducto Periférico-Torreón y que está en su fase inicial de demolición. Brincando la calle, los pedazos de concreto con varilla se acumulan como parte de la zona de soporte que se va formando en el proceso de demolición, según la empresa encargada de la obra.
Son seis los negocios que tienen venta directa al público, incluyendo la distribuidora de llantas ubicada en la curva del periférico Raúl López Sánchez entroncando con el bulevar Torreón Matamoros. Ellos son “mudos testigos” del caer de los trozos de lo que fue la “magna obra” del sexenio de Enrique Martínez.
Osvaldo Vaquera, encargado de la distribuidora de yeso que maneja camiones de carga, destacó la importancia de acelerar la demolición del DVR.
Roberto García, chofer de una empresa de material de construcción, asegura que desde que el DVR inició la demolición, se restringió la circulación en el bulevar Torreón-Matamoros, “las maniobras para nosotros se han complicado y tenemos que manejarnos con más cuidado para evitar accidentes”.
Los entrevistados coinciden en la necesidad de aumentar la señalización y la cantidad de agentes de tránsito en los cruceros con el bulevar Rodríguez Triana y Torreón-Matamoros, igualmente en la confluencia con la carretera a Mieleras y frente a la tienda Aurrerá.
Aseguran que esta demanda de mayor presencia de agentes viales se derivó de que se tiró el puente peatonal, como parte de los trabajos de demolición del DVR y por lo que ahora, amas de casa, estudiantes y ciudadanos en general, enfrentan mayor riesgo al cruzar el bulevar Torreón-Matamoros.
La agente de Vialidad, Marina García, quien rola turnos de 8 horas en el crucero del bulevar Torreón-Matamoros y donde da vuelta el Periférico, asegura que da su mejor esfuerzo para que los automovilistas en general respeten los indicativos viales y no “se ‘agandallen’ los espacios ni quieran rebasar”.