El petróleo, 2007
Pues la producción de petróleo en México continúa cayendo, como usted sabe. Durante 2007, el promedio de producción fue de 3.083 millones de barriles diarios (mbd), inferior a los 3.256 mbd de 2006, y más todavía frente a la producción récord de 2004, de 3.383 mbd. Uno puede pensar que no es tanta la diferencia, pero 173 mil barriles al día, a 75 dólares, como está hoy la mezcla, son 13 millones de dólares al día, casi 5 mil millones en el año. Cierto que no se vendió a ese precio todo el año, pero la cifra permite ver que no estamos hablando de poco dinero.
Más importante que el promedio anual es el comportamiento de Cantarell en los últimos meses. No está reduciendo su producción conforme al escenario optimista, que apuntaba a 1.4 mbd para diciembre. Peor todavía, no lo está haciendo conforme el escenario medio, que indicaba para ese mes una producción de 1.33 mbd. No, Cantarell produjo 1.2 mbd en el último mes de 2007. Me refiero a Akal-Nohoch, el campo tradicionalmente asociado a Cantarell. Los otros campos cercanos, que a veces se suman, producen hoy 50 mil barriles al día, que es más o menos lo mismo que han producido desde hace varios años.
Si este comportamiento continúa, es decir, si Cantarell sigue declinando al ritmo visto durante 2007, entonces es de esperar que este año acabemos con una producción promedio inferior a un millón de barriles diarios. Más todavía, Cantarell producirá por debajo de esa cifra a partir de julio próximo. Es lo que producía al inicio de los años noventa, antes de que se explotara de manera más intensiva, pero ahora lo hace porque ya no puede más. La producción máxima, alcanzada a fines de 2003 e inicios de 2004, de 2.2 mbd, nunca más podrá obtenerse. En 2008, no llegará a la mitad de eso.
Aunque otros mantos han incrementado su producción, la caída de Cantarell no se ha podido compensar. Ku-Zaap-Maloob, región cercana a Cantarell, casi ha duplicado su aportación, pasando de 300 mil barriles al día, a inicios de la década, a 550 mil durante 2007. La región marina suroeste también ha crecido, de 400 a 500 mil barriles. El resto de las regiones se han mantenido constantes. Así, frente a la caída de Cantarell, que en promedio anual es de 700 mil barriles de 2004 a 2007, el incremento de los demás aporta 350 mil. Hemos perdido, en consecuencia, 350 mil barriles al día en estos cuatro años. Pero si comparamos el primer trimestre de 2004, la máxima producción, con el último trimestre que tenemos, el final de 2007, el asunto es mucho más grave. Cantarell ha perdido 850 mil barriles diarios, Ku-Zaap-Maloob se ha incrementado en 309 mil, y la región marina suroeste en 126 mil. El resto ha perdido 20 mil. En la suma, México produce 432 mil barriles menos cada día. De los 3.38 millones de barriles diarios del inicio de 2004, hemos pasado a 2.95 en el último trimestre.
Note usted que, aunque el promedio de 2007 supera los tres millones de barriles al día, el último trimestre ya no lo logra. Es cierto que los fines de año son complicados para PEMEX, porque el clima complica mucho la operación en el Golfo. Sólo recuerde usted la tragedia en una plataforma frente a Campeche, o la inundación de Tabasco. Sin embargo, si comparamos últimos trimestres de cada año no hay gran cambio. En el último trimestre de 2003, la producción fue de 3.41 mbd; en el de 2004, de 3.35. Son cuatrocientos mil barriles más, de cualquier manera.
El petróleo se acaba, no hay duda. México nunca ha sido potencia petrolera, salvo cuando tuvimos a Cantarell. Nos convertimos en algo relevante cuando este manto empezó a funcionar, hace ya 30 años, y regresaremos a la irrelevancia cuando se acabe, en los próximos cinco años. Como antes de Cantarell, es posible que logremos cubrir nuestra propia demanda, pero nada más que eso.
Para lograr ello, es necesario que produzcamos en México la mayor cantidad posible de petrolíferos y petroquímicos, porque de otra manera las importaciones se nos van a complicar por falta de dólares. No es lógico que estos bienes no se produzcan en el país si tenemos la materia prima para hacerlo, el crudo. Así, a diferencia de la política seguida en los últimos treinta años, no debemos ya dedicarnos sólo a sacar petróleo, sino que debemos procesarlo. Para lograrlo, es necesario mejorar significativamente el marco institucional, que hasta la fecha lo único que ha logrado es que no tengamos capacidad productiva. Esperemos que en esta dirección vaya la reforma energética que se discutirá en unas semanas más en el Congreso. Urge.
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