“En cada visión fugitiva veo mundos enteros, repletos del juego cambiante de los colores del arco iris.” En 1903 el poeta ruso Konstantin Balmont (1867-1942) publicó estas líneas que sirvieron de inspiración a Serguéi Prokófiev (1891-1953) para componer entre 1915 y 1917 una colección de veinte breves piezas para piano. En 1962 el director y violista Rudolf Barshai las transcribió para la Orquesta de Cámara de Moscú. Las visiones fugitivas expresan sentimientos muy diferentes y manifiestan el espíritu travieso de Prokófiev el cual claramente emerge en varias de ellas. Con esta cambiante colección, inició el quinto concierto que dentro de su temporada ejecutó la Camerata de Coahuila el pasado viernes 7 de marzo.
De hecho fue una velada en la que también tuvimos la oportunidad de apreciar la enorme capacidad que tienen los instrumentos para expresar diferentes temperamentos y para confirmar el gran talento de los músicos de la Camerata de Coahuila y de Tatul Yeghiazaryan, quién dejó el atril del concertino para tomar la batuta y dirigir este concierto.
La segunda obra en ejecutarse fue la Serie del Ángel de Astor Piazzolla (1921-1992), la cual fue escrita en 1962. Esta partitura podría ser considerada, dado el papel protagónico que asume el fagot, como un concierto para dicho instrumento. Ventsislav Spirov abandonó su posición dentro de la orquesta para ocupar la posición de solista, desplegando un virtuosismo y un dominio sobre su instrumento digno de causar asombro. Nunca antes había escuchado una interpretación de esta partitura y me dejó, al igual que al resto del público, entusiasmado y plenamente convencido de la genialidad del compositor argentino y del gran talento del fagotista de la Camerata de Coahuila.
En la segunda parte se tocaron dos obras del compositor soviético Dmitri Shostakóvich (1906-1975). La primera de ellas fue la encantadora y alegre Polka Pizzicatto, a la que le siguió una magnifica ejecución de una transcripción para orquesta de nueve de los Veinticuatro Preludios para Piano Op. 34 que Shostakóvich escribió entre 1932 y 1933. Debo confesar, que siempre me ha fascinado la música de este compositor por el hecho de que se presta a varias lecturas y por la manera tan desgarradora y contradictoria con la que Shostakóvich expresa de manera burlona ideas que en una primera audición parecerían triviales, pero que con frecuencia encierran una gran melancolía y una feroz crítica contra el régimen soviético y su política cultural. Al tener la oportunidad de escuchar con una diferencia de solo varios minutos las Visiones Fugitivas de Prokófiev y los Preludios de Shostakóvich queda en claro la gran deuda que este último tuvo con el primero y con la música de otros compositores como Johann Sebastián Bach, Franz Liszt e incluso con el lenguaje melódico de Franz Schubert.
El concierto fue verdaderamente exitoso y el público manifestó su satisfacción por la excelente labor realizada por los músicos y su director invitado con un largo aplauso. Lo cual motivó a la Camerata de Coahuila a interpretar como encore la hermosa “Canción Armenia” de Soghomon Soghomonian, quien después de ser ordenado sacerdote por la Iglesia Armenia, asumió el nombre de Komitas Vardapet (1869-1935).
GLOSARIO MUSICAL
Op.: Abreviatura de la palabra latina opus (obra). El número indica la ubicación cronológica de la partitura con respecto a la producción de un autor.
Preludio: Composición musical de corto desarrollo y libertad de forma.