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Ecos de un Concierto

S. Beckmesser

Mozart y Beethoven, son dos compositores cuya genialidad no sólo les permitió superar a través de su música las fronteras nacionales de su época, sino también cautivar a innumerables generaciones posteriores. Por otro lado, la Camerata de Coahuila ha demostrado a lo largo de los catorce años de su existencia ser una excelente orquesta para interpretar la música de estos dos grandes genios.

El pasado viernes 26 tuvimos la oportunidad de disfrutar de un concierto en el que escuchamos a la Camerata de Coahuila bajo la dirección del maestro Jesús Medina interpretar la Sinfonía No. 38 en Re Mayor “Praga” K. 504 de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) y la Sinfonía No. 4 en Si Bemol Mayor Op. 60 de Ludwig van Beethoven (1770-1827).

El programa inició con la Sinfonía No. 38 K. 504, la cual fue compuesta por el gran genio de Salzburgo a finales de 1786. Mozart la escribió con el propósito de estrenarla durante el viaje que realizó a Praga a principios de 1787, recibiendo su primera interpretación en la capital de Bohemia el 19 de enero de 1787, hecho que explica el porqué lleva el nombre de dicha ciudad. Mozart tomó en cuenta el antecedente de que el público checo estaba acostumbrado a escuchar sinfonías de tres movimientos, por lo que no escribió el Minuet que solía ubicar como tercer movimiento desde 1779. Con esta sinfonía Mozart abandona de manera definitiva el modelo de Haydn y se acerca al mundo de su “Don Giovanni” que escribiría poco tiempo después. Cabe mencionar que su primer movimiento es considerado por algunos musicólogos como el mejor que compuso Mozart.

La Camerata de Coahuila bajo la batuta del maestro Medina interpretó con gran elegancia esta maravillosa partitura.

A pesar de algunos detalles en la ejecución de las partes de los cornos la interpretación que realizó la orquesta de la Sinfonía No. 4 en Si Bemol Mayor Op. 60 de Ludwig van Beethoven fue aún mejor bajo un punto de vista musical. Esta partitura fue compuesta por encargo del conde Franz von Oppersdorff (1778-1818) y fue estrenada en Viena ante un público selecto en un concierto privado que se llevó a cabo en el palacio del príncipe Franz von Lobkowitz (1772-1816) en marzo de 1807.

Esta sinfonía implica –después del rompimiento que simboliza la tercer sinfonía– un retorno al lenguaje sinfónico de Haydn y Mozart. La falta de heroicidad y drama que caracteriza a la mayoría de las partituras de Beethoven hicieron que durante el Siglo XIX fuese la sinfonía menos popular de este compositor. Richard Wagner la consideró fría, aunque reconoció que su Scherzo es glorioso, mientras que Robert Schumann vio en ella a una “doncella griega ubicada entre dos gigantes nórdicos”, con lo que hacía referencia al vigor de la Tercer Sinfonía “Heroica” y al dramatismo de la Quinta “Sinfonía del destino”.

El maestro Jesús Medina dirigió con gran acierto esta hermosa partitura, resaltando su carácter clásico. Cabe mencionar que esta obra por su apolíneo equilibrio fue la sinfonía de Beethoven que más le gustaba al gran director alemán Wilhelm Furtwaengler.

Al concluir el concierto el público aplaudió con gran entusiasmo a la orquesta y a su director invitado. Esperamos que muy pronto tengamos la oportunidad de volver a asistir a un concierto conducido por el maestro Medina.

Glosario musical:

K.: Abreviatura de Koechel, al que le sigue un número del catálogo que Ludwig von Köchel (1800-1877) compiló de las obras de Mozart, el cual las ordena en forma cronológica.

Op.: Abreviatura de la palabra latina opus (obra). El número indica la ubicación cronológica de la partitura con respecto a la producción de un autor.

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