Si el tumor que padece el senador Edward Kennedy resulta muy agresivo, la esperanza de vida es de menos de 12 meses. (AP)
El senador Edward Kennedy, paradigma de la izquierda en Estados Unidos y uno de los hombres con más influencia en Washington, padece un tumor cerebral maligno, según revelaron ayer sus médicos.
El senador, de 76 años, está ingresado en el Hospital General de Massachusetts desde el sábado, a donde fue transportado en helicóptero de urgencia tras sufrir convulsiones en su casa en Cape Cod. Después de someterle a diversas pruebas, los médicos concluyeron que la causa es un tumor cerebral y la biopsia indicó que es maligno, informaron en un comunicado el neurólogo Lee Schwamm y el médico de cabecera Larry Ronan.
Si el tumor resulta muy agresivo, la esperanza de vida es de menos de 12 meses, pero si su crecimiento es más lento, la supervivencia ronda los cinco años. El tratamiento habitual contra ese tipo de tumores es radiación y quimioterapia, explicaron los médicos, que dijeron que sólo decidirán qué hacer en su caso tras nuevas pruebas.
Esos cánceres son difíciles de combatir, según los expertos, dado que la radiación afecta a tejidos sanos y la quimioterapia tampoco garantiza que el tumor no pueda volver a crecer.
La clase política reaccionó de forma inmediata a la noticia con muestras de pesar por un hombre que pese a representar el ala de izquierda del partido demócrata, se ganó en su más de cuatro décadas en el Senado la reputación de estar dispuesto a colaborar con políticos de cualquier ideología.
El presidente George W. Bush lo calificó como “un hombre de un coraje tremendo, una fuerza notable y un espíritu poderoso”, según un comunicado. Mitch McConnell, el líder de los republicanos en el Senado, dijo en una rueda de prensa: “Hablo por todos los republicanos al decir que esta última noticia nos ha causado gran preocupación y tristeza”.
Historia trágica
Edward Kennedy es el único sobreviviente de los cuatro hijos de Joseph y Rose Kennedy. El mayor, Joseph, murió en un accidente de avión durante la Segunda Guerra Mundial; el ex presidente John F. Kennedy fue asesinado en 1963 y el tercero, Robert, fue asesinado en 1968.
Edward no puede achacar todos sus problemas a la adversidad. En 1969 el automóvil que conducía a la vuelta de una fiesta cayó en un canal y una mujer que lo acompañaba murió ahogada.
Kennedy no informó del accidente a la Policía y el escándalo subsecuente dejó una mancha indeleble en su reputación.
Del lado demócrata, los mensajes fueron similares. “Tengo esperanza, porque el senador ha sido un luchador toda su vida”, dijo Nancy Pelosi, la presidenta de la Cámara Baja.
El senador Robert Byrd, de 91 años, lloró ayer en el pleno de la Cámara Alta. “Doy gracias a Dios por ti”, le dijo a su amigo Kennedy.
Para los demócratas, Kennedy ha sido un punto de referencia por su larga experiencia política, que le ha permitido participar en los acontecimientos más importantes de su país desde 1962, cuando a los 30 años de edad reemplazó en el Senado a su hermano John F., elegido presidente. Kennedy es uno de los apoyos clave de la candidatura de Obama.
Su salud empeoró a finales de año. En octubre fue sometido a una operación para desbloquear una arteria en el cuello. Por esta razón, las convulsiones que sintió el sábado hicieron temer a su familia que se tratara de un derrame cerebral. Kennedy no ha vuelto a sufrir convulsiones, según sus médicos, que dijeron que está de buen humor, “lleno de energía” y se ha levantado de la cama y paseado por el hospital.