La depresión y ansiedad son enfermedades con alta incidencia entre los mexicanos.
El estrés se ha convertido en el disparador de males que acechan a gente que vive con otros padecimientos crónicos.
La ansiedad y depresión forman una pareja negativa que amenaza a las personas que son víctimas de alguna enfermedad endocrinológica, neurológica, infecciosa u oncológica.
Son malas, se puede decir sin temor a equivocarse, pues predisponen a los pacientes a bajar sus defensas por cuestiones emocionales.
En este campo, la siquiatra María Liliana Toledo Palacio, explica que cuando un enfermo sufre la combinación de depresión y ansiedad, ligadas a otros padecimientos, se da una comorbilidad, es decir, el que un paciente enfrenta una enfermedad metabólica y una psicológica.
Un ejemplo dado en un encuentro realizado por Pfizer, fue el de la diabetes y depresión. En todos y cada uno de esos casos deben diagnosticarse y tratarse ambas enfermedades.
La relación puede explicarse de esta manera: Si a una persona le diagnostican diabetes o una enfermedad crónico degenerativa e incurable, esto puede causarle un choque de grandes proporciones y desencadenar en una situación de depresión o ansiedad, señala la especialista.
Y es que una persona al saberse enfermo para toda la vida se ve en la necesidad de cambiar “por completo sus hábitos”.
La doctora Toledo Palacios, especialista en trastornos del afecto del IMSS, nos cuenta que en ese escenario se dan factores sicosociales que pueden hacer que un paciente sea más propenso a sufrir algún trastorno siquiátrico.
Entre los desencadenantes se cuenta el estrés, que se ha convertido en el gran talón de Aquiles de la vida urbana, y disparador de un buen número de enfermedades de varios tipos, incluyendo las metabólicas y las siquiátricas.
La depresión y ansiedad son enfermedades con alta incidencia entre los mexicanos. Según datos de la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica en México 9.1% de la gente presenta un trastorno afectivo (depresión) y 14.3%, tiene un trastorno de ansiedad.
Varios estudios revelan que ambos padecimientos se dan con una tasa más elevada entre las personas que tienen enfermedades graves, como cardiopatías, accidentes cerebrovasculares, cáncer, VIH, Parkinson o diabetes.
Los trastornos siquiátricos de esta naturaleza se han asociado a un padecimiento reconocido y bautizado como fibromialgia, el cual se asocia, entre otros, a trastornos del sueño y dolor generalizado.
Otro factor que debe considerarse ante el posible padecimiento de un trastorno es la cuestión hereditaria, pues se tiene 50% de probabilidades de contraer depresión o ansiedad en familiares de primer grado.
En ocasiones, una persona enferma puede presentar uno o más trastornos siquiátricos. Los más comunes son la ansiedad y la depresión monopolar o el trastorno afectivo bipolar.
Acudir al siquiatra sólo en situaciones crónicas, es algo común en México, lo cual se agrava si el paciente sufre de algún otro mal, ya que en esos casos se llega a subestimar el padecimiento siquiátrico por la enfermedad metabólica.