Los tres islamistas condenados a muerte por los atentados de Bali de 2002, que costaron la vida a 202 personas, fueron ejecutados en la isla-prisión de Nusakambangan, al sur de Java, por un pelotón de fusilamiento.
Imam Samudra, Amrozi y Ali Gufron, miembros de la Yemaa Islamiya (YI), el brazo de Al Qaeda en el Sudeste Asiático, condenados a la pena capital en octubre de 2003, habían agotado sin éxito todos los recursos legales disponibles para evitar el ajusticiamiento.