Los legisladores del PAN, Gustavo Madero, José González Morfin y el priista Manlio Fabio Beltrones, dialogan en el Senado de la República. (El Universal)
Guillermo Anaya agacha la cabeza. A dos manos usa el teclado del aparato telefónico. ‘Mensajea’, luego charla.
Mascando chicle, entra al salón de sesiones Guillermo Anaya Llamas, compadre del presidente de la República y, por mucho, el senador más influyente en Los Pinos. Se tira en su escaño y suelta: “Quiubo Rubén”.
Rubén Camarillo, defensor enérgico de la reforma petrolera de Felipe Calderón, quien ocupa lugar una fila adelante, voltea, pero el senador por Coahuila tiene la atención en la pantalla de su teléfono celular.
Guillermo Anaya agacha la cabeza. A dos manos usa el teclado del aparato telefónico. “Mensajea”, luego charla. Abre su computadora personal y ¡adiós! Su interés se va al ciberespacio.
Xicoténcatl hierve en su grilla. Los senadores famosos y los que se afanan por construir su nombre público dialogan, se relacionan, negocian detalles de los temas del periodo extraordinario, orquestan el trabajo de equipo en la sesión que está por comenzar.
—¡A mí no me vuelven a tomar la tribuna!—, dice con énfasis Camarillo, en alusión a eventuales presiones del Frente Amplio Progresista (FAP). Si quieren saber qué es resistencia civil, en este salón hay varios panistas a quienes no les cuentan, expresa.
El nuevo líder de los panistas, Gustavo Madero, comenta asuntos con José González Morfín y Jesús Murillo Karam, y luego cambia de interlocutores. Hay muchos temas que tratar en una compleja interrelación de comisiones. Carlos Sotelo (PRD) y Alejandro Zapata (PAN), forman parte de esa población que delibera, abraza, llama, busca los puntos de encuentro.
Manlio Fabio Beltrones, el coordinador del PRI, uno de los negociadores más productivos que ha pisado el Senado, ya dio la vuelta al salón, y baja por el pasillo compartido con el PRD, y se dirige a otros espacios, en busca de más acuerdos.
Carlos Navarrete y Yéidckol Polevnsky (PRD) conversan con Rosario Green (PRI); Pablo Gómez (PRD) y Ricardo García Cervantes (PAN) son largos en sus deliberaciones.
Gabino Cué y Dante Delgado (Convergencia) tratan sus puntos pendientes con las otras bancadas. Es el ejercicio intenso de dialogar. Los senadores del Verde, Jorge Legorreta, Manuel Velasco y Javier Orozco visitan colegas en sus escaños.
Madero mira el panorama. Anda de fila en fila, de pasillo en pasillo, de grupo en grupo. Lo guían los apremios del tiempo y su instinto político. Ya no tiene la expresión de piedra del jueves, día de su estreno, cuando parecía preguntarse “¿cómo muevo este tráiler?” Le ha vuelto la risa con el chascarrillo de un amigo.
A las 12:20, Santiago Creel abre la sesión y al rato, Anaya Llamas levanta la cara, aprieta los labios. Ya viene de donde andaba su atención. Avienta la mano que saluda a Guillermo Tamborrel (PAN). Y regresa a su teclado de celular, se sale a telefonear sin ese ruido de grillos que amarran acuerdos.
En la otra tribuna, conocida por periodistas como “chacalódromo”, sobresale un tema de confrontación: el PAN quiere lograr un dictamen aprobatorio de la reforma petrolera, enseguida de los foros, y que se llame a un periodo extraordinario, sólo para ese tema.
—Lo veo difícil—, expone el priista Jesús Murillo. -Todavía no llegamos a nada.
Graco Ramírez: Es temerario que alguien diga que es factible que haya un periodo extraordinario.
Los periodistas acosan:
—Dice Rubén Camarillo (PAN) que hay muchos puntos de coincidencia con el PRD y que la reforma puede salir en un tiempo extra, de concentración de todos en el tema petrolero.
—En cuatro semanas es imposible dictaminar una cuestión tan importante—, señala Graco Ramírez.
—¡Qué esperanzador!—, le dicen a Camarillo.
—Se acuerdan de mí. Va a haber reforma: para esto trabajamos.
En el pleno, sigue la racha de aprobaciones de un día antes; reforman la Ley Orgánica del Congreso; eliminan el secreto bancario sin discusión ni la pasarela de 13 oradores que suscitó la ratificación de un acuerdo de medidas de comercio con China, en protección de los sectores del vestido y calzado.
La fila de oradores para tratar la cuestión del comercio desleal de los chinos con México, que ha desmantelado parte de las industrias de esas manufacturas, demuestra que el asunto es taquillero en los estados.
Si fabricar vestidos y zapatos emplea mucha mano de obra, algo semejante pasa con el tema en la tribuna: se abocan muchos legisladores, que en sus estados tienen planta industrial afectada.
Eloy Cantú (PRI) sustenta el tema que, por cierto, abarca un puñado de sectores; Ricardo Torres Origen (PAN) cuenta los daños de la infiltración china.
Francisco Arroyo (PRI) acusa reiteradamente al funcionario de la Secretaría de Economía, Francisco Arroyo, de inepto y avivar el problema al que se le pone remedio, con el acuerdo que el Senado ratificó ayer.
La perredista Yéidkol Polevnsky lamenta las ventajas que ha tomado el país asiático sobre México, y llama a votar a favor, con un “más vale un mal arreglo que un buen pleito”.
Humberto Andrade (PAN) revela un secreto en el éxito del problema con los chinos: ayudó la sensibilidad de la subsecretaria de Economía, Rocío Ruiz, y prende focos de cuidado: hay amenazas de otras economías emergentes.
Yéidckol Polevnsky (PRD) sorprende al decir que Santiago Creel sabe política, pues supo evitar problemas.
“Nuestra bancada puede reconocer la capacidad de diálogo, de construir puentes”, que hubo con Creel. Claridosa, lanza un mensaje a quien corresponda, de lo que puede ocurrir en la reforma petrolera: “También sabemos ser muy duros”.
O sea, no todo es prudencia y alto nivel político. Polevnsky emocional en el reconocimiento a Creel, también pinta su raya: “Sabemos reaccionar distinto”.
Madero sale del salón a hablar por teléfono. Regresa a mover voluntades. Anaya Llamas, de quien se ha dicho que será su mancuerna como vicecoordinador, “mensajea” sin establecer contacto con su bancada.
En tribuna, Yéidckol Polevnsky ha dicho que esta Legislatura sabe el Arte de la Guerra, evitar problemas. A las pruebas...
Rechazan reformas a Ley de Radio y TV
Las bancadas del PAN y PRI en el Senado echaron atrás las reformas a la Ley de Radio y Televisión así como las causales de nulidad que habían establecido los diputados para la elección de presidente de la República y que se incluirían en la Ley General de Sistemas de Medios de Impugnación.
Sobre la Ley de Radio y Televisión, el presidente Carlos Sotelo, informó que no se logró el consenso en la reunión de comisiones. Según él, esto obedeció a que las bancadas del PRI y el PAN están de rodillas ante los poderes fácticos y no aceptaron que se castigue a los medios electrónicos con quitarles la concesión en caso de faltas reiteradas en materia electoral.
Las causales de rebase de topes de gastos de campaña y uso de recursos públicos no fueron aceptadas, “por estar mal redactadas y por hacerse de manera apresurada”, dijo Alejandro González Alcocer, del Partido Acción Nacional.