Se equivocaron los soldados al “catear” una de las casas de Jardines de Durango.
Irrumpen militares sin orden de cateo y casi le desprenden el brazo a balazos al propietario de la vivienda.
Un joven de 24 años, quien tiene su domicilio en la calle Lirio, del fraccionamiento Jardines de Durango, despertó con la sorpresa de ver a sujetos armados que destrozaron la puerta para ingresar a su casa, y con la intención de defender a sus dos hijos menores de tres años y a su esposa tomó un rifle y los soldados casi le desprenden el brazo a balazos, según la información publicada en algunos medios de comunicación nacional.
A Adolfo Sifuentes, de 24 años, vecino del citado fraccionamiento, le amputaron el brazo derecho en el Hospital General luego de que los soldados le destrozaran dicha extremidad.
Publicación. La nota que circuló a nivel nacional y en algunos portales locales señala que los hechos se registraron cuando el personal militar “reventó” una casa equivocada y Adolfo al tratar de defender a su familia -pues sólo vio sujetos armados que no tocaron para entrar- tomó un rifle 30-30 y en eso le tiraron sin que éste hubiera disparado.
Familiares del lesionado mencionaron que a Adolfo lo tuvieron una hora tirado en el piso y al parecer lo hicieron disparar y más tarde lo llevaron al hospital en una camilla hecha con los pedazos de puerta que derribaron.
Se supo que los militares para evitar ser demandados pretendían consignarlo ante la PGR, sin embargo la instancia federal pedía que los apoyaran en la vigilancia en el hospital para no absorber toda la responsabilidad.
El reportero de este medio de comunicación intentó entrevistar al general de la Décima Zona Militar, Moisés Melo García, sin embargo el personal de guardia informó que él no se encontraba en dichas instalaciones.
Cita Décima Zona Militar a periodistas
Durango. Ayer personal de la Décima Zona Militar se comunicó con una reportera que escribe para un medio de comunicación local supuestamente para una charla amistosa, sin embargo, el cuestionamiento fue en torno a que de dónde había sacado la información relacionada con los hechos de Jardines de Durango pidiéndole que les revelara su fuente, situación que obviamente no fue atendida por la periodista, pues como es sabido se tiene el derecho de proteger a las fuentes informativas.
También otro compañero periodista de un canal de televisión local recibió una llamada sobre que el máximo mando militar en Durango quería tener una charla con él, sólo que éste no tenía tiempo para atenderlo y quedó pendiente. Al parecer la reacción del personal castrense fue por que al General le había molestado la publicación sobre el presunto abuso militar al “catear” una casa equivocada y lesionar a un civil.
Personal de El Siglo de Durango trató de entrevistar a las personas que citaron a la periodista pero sólo dijeron que sería el General quien daría información al respecto, que ellas sólo querían “charlar” amistosamente con la reportera.
