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El Buen Caldo / DOS PESOS, DOS CENTAVOS

Daniel Maldonado

Saludos y toda la bonanza en este chuchísimo 2008.

¿No sería más fácil que el gobierno disuelva al pueblo y elija otro?

Bertolt Brecht

De a poquito en poquito, con aumentos chirris en el salario, y políticas neoliberales que no les pegan tanto a los cherris; el gobierno insiste en la disolución del pueblo, tal como lo dijo Bertolt Bretch cuando “en 1953 estalló la protesta obrera en la Alemania comunista y los trabajadores se lanzaron a las calles y los tanques soviéticos se ocuparon de callarles la boca”; como lo menciona Eduardo Galeano en su columna del día tres de enero en el periódico La Jornada.

Mientras que los integrantes de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos hacen un trabajo de dos o tres semanas con un presupuesto de 30 millones de pesos al año y la alta burocracia sigue ganando sueldos millonetas por un trabajo de resultados dudosos y harto perjudiciales para el populoso pueblo, los salarios establecidos irán de 49 a 52.59 pesos diarios con un aumento general de dos pesos con dos centavos; según lo informa el artículo de la revista Proceso, Bofetada mínima, en el número 1626 del semanario que lleva en la portada un cartón definitorio de lo que será el año: una bienvenida al abismo.

El periódico La Jornada dedicó los últimos días del año 2007 no sólo a analizar los aumentos en la canasta básica sino también a informarnos sobre los planes de privatización de Petróleos Mexicanos, la Comisión Federal de Electricidad y sobre un posible “albazo” en lo referente a una reforma laboral que elimine la poca seguridad social que les queda a los trabajadores: métodos de contratación provisional; canje de horas extra por días de descanso; períodos de entrenamiento sin goce de sueldo; entre otros detalles fregadores.

Sobre el deficiente poder adquisitivo es notorio el artículo publicado el 20 de diciembre con el título La Canasta Básica Aumentó 35% en el primer año del gobierno calderonista firmado por Roberto González y Rosa Elvira Vargas. En dicho texto, que le invito a consultarlo en línea, se nos da el listado de los productos de la canasta básica, integrada por 42 alimentos y productos de limpieza e higiene personal, los aumentos de hasta un cien por ciento en el costo de algunos productos y la elevación de 35% en promedio.

Si bien las alzas debidas al gasolinazo no se han dado como se había previsto, eso es consecuencia de que la escalada en los precios comenzó desde que se anunció el aplazamiento de los aumentos en gasolinas y diesel, pero es dable suponer que a lo largo del año la economía de la población sufrirá más mermas graduales.

Volviendo al artículo de Proceso, le comentaré que allí se menciona cómo se utiliza la especulación sobre el modelo económico y no las necesidades reales de la clase trabajadora para fijar el salario mínimo; se cita una columna de Enrique Quintana en la que se compara el poder adquisitivo de productos básicos en 1970 y en la época actual con diferencias que van de 70 a 93 por ciento menos de poder adquisitivo. Unos ejemplos: hoy se pueden comprar con el salario mínimo poco más de cuatro kilos de huevo en comparación a los 46 kilos que se podían comprar antaño; gracias al “pactotortilla” se puede conseguir el kilo en 8.50 pesos y hoy alcanza para 5.75 kilos, 70 por ciento menos de lo que se podía adquirir hace 37 años: 19 kilos.

En el artículo aparece para vergüenza nuestra la ciudad de Torreón como una en la que se evidencia una disminución de 0.5 por ciento en el salario. También aparece Durango capital con un descenso de 0.4 por ciento.

El diputado perredista José Antonio Almazán González, secretario de la Comisión del Trabajo, entrevistado en el artículo, menciona que desde los años setenta el gobierno federal suscribió el Convenio 131 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para regular los salarios mínimos. Dicho convenio señala en su artículo tercero que “entre los elementos que deben tenerse en cuenta para determinar el nivel de los salarios mínimos deberían incluirse (...) a) las necesidades de los trabajadores y de sus familias habida cuenta del nivel general de salarios en el país, del costo de vida, de las prestaciones de seguridad social y del nivel de vida relativo de otros grupos sociales; b) los factores económicos, incluidos los requerimientos del desarrollo económico, los niveles de productividad y la conveniencia de alcanzar y mantener un alto nivel de empleo”. Pero como siempre todo se queda en el papel.

Como usted sabe mientras en diciembre de 2006 una familia requería 818.44 pesos para adquirir la canasta básica, hoy debe gastar para los mismos artículos mil 103.63 pesos. Desafortunadamente las políticas públicas lo último que están buscando es el sostenimiento de la economía del trabajador y se sustentan en los beneficios de los grandes potentados, entre quienes figuran algunos empresarios que encabezan las listas de los hombres más ricos del mundo.

Para finalizar esta cantata de fusiles le transcribo el último párrafo del artículo del semanario: “Los sectores que presentaron los salarios más altos (hasta octubre de 2007) fueron la industria eléctrica, suministro de agua potable, transporte, telecomunicaciones e industrias extractivas, con un máximo de 463.77 pesos diarios y un mínimo 268.58 pesos diarios, lo cual superó el promedio nacional”. Ahora ya sabe dónde buscar empleo. Si es que lo encuentra o tiene palanca.

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