Ciertamente, ya se cometen atropellos; reiteradamente sabemos de allanamientos violentos, de verdaderas tomas de pueblos y rancherías, de disparos y de muertes en los retenes de calles y carreteras, y ya nos estamos acostumbrando a que los policías humillen y vejen, obligándolos a arrodillarse o a tenderse en el suelo, a todos los que detienen, sean culpables o no, sospechosos o simples viandantes; ya hay cateos sin orden judicial, arraigos injustificados y detenciones arbitrarias, pero lo que se pretende ahora es que todo eso tenga un sustento constitucional y nada menos, oh ironía, nada menos que en el capítulo de garantías individuales.
Bernardo Bátiz V.
Mire, caro lector, esto es preocupante, la reforma judicial es uno de esos mecanismos mediante los cuales se eleva al rango constitucional la represión, la devaluación de los ya muy dañados derechos humanos, y abre la posibilidad hacia un estado represor en el cual la libre asociación, ya no se diga los movimientos sociales de protesta, no sean permitidos y, además, se faculte a todas las policías para entrar a los hogares a la hora que sea, sin orden de cateo, con la intención de arraigar a las personas que estén en su interior, esculcar y robar a su antojo o reproducir la costumbre de sembrar evidencias para fincar delitos.
El pasado martes 19 de febrero, a eso de las doce de la noche, el periodista Ricardo Rocha presentó un programa especial, sobre la Reforma Judicial que se discute en el Congreso, y de la cual falta la aprobación de veinte de los treinta congresos estatales para su aplicación. Además del problema que resulta el que se transmitan estos informativos de interés nacional a media noche y no a medio día y no se repitan; el noticiero fue muy esclarecedor en lo que respecta a los meollos de la ahora llamada “ley GESTAPO”: cuáles serán los beneficios que tendrá y cuáles sus puntos más dañinos.
Los beneficios, según menciona Bernardo Bátiz en una columna del periódico La Jornada del día 18 de febrero (oralidad en los juicios y mayor rapidez en los procesos jurídicos) ya están establecidos desde 1917, por lo que la Reforma es un pretexto para elevar a rango constitucional la violación de los derechos humanos y la represión.
Convenientemente, los legisladores, según se informó en el programa citado, continúan, mediante la reforma, revalidando el secreto bancario, lo que les brinda la posibilidad de defender las triquiñuelas y las complicidades que con regularidad se ventilan en los medios, y que respaldan la desconfianza y la poca o nula credibilidad respecto a su honradez.
Pero lo más preocupante es que ahora la asociación de tres o más personas para cometer un delito puede considerarse “crimen organizado”, lo cual nos lleva a la amenaza de toques de queda y vigilancia de actores y sectores sociales, o a que si tres chavos se roban unas papas en la tienda, sean procesados como criminales a gran escala.
Aunado a esto, según ha informado el semanario proceso, se buscará reestablecer las facultades de espionaje del CISEN (Centro de Investigación y Seguridad Nacional); y se buscará que entre en operación el Cuerpo de Fuerzas de Apoyo Federal (organismo concebido para “restaurar” el orden público y la paz social). Cuerpo que tiene como comandante a José de Jesús Humberto Rodríguez Martínez, “héroe de guerra” por su actuación durante la matanza civil del dos de octubre de 1968 en calidad de miembro del Batallón Olimpia. Ahí va diciendo la calidad de quienes buscarán “restaurar la paz y el orden” y reafirma la de quienes, según esto nos protegen.
Volviendo al asunto de los arraigos, éstos, ya institucionalizados, podrán ser hasta por cuarenta días. Durante ese lapso los detenidos NO podrán hablar con sus familiares ni contar con la ayuda de un abogado defensor. Durante el arraigo, es probable que se manifieste la tortura para que la policía obtenga pruebas de una persona a la que no se puede encarcelar por falta de elementos.
Según nos lo quieren hacer creer, la Reforma Judicial servirá para someter al crimen organizado y al narcotráfico, pero ante los pobres resultados de la actual lucha contra el narco, el saldo de militarización y abusos presente en muchas partes de la nación (las violaciones de prostitutas en Castaños, Coahuila; los asesinatos de personas que se niegan a detenerse en los retenes militares; las muertes de civiles durante los enfrentamientos entre policías y criminales; confundir a personas con narcos como pasó en Gómez Palacio, Durango) y ciertas suspicacias ya mencionadas; es sencillo adivinar que el objetivo es la creación de un estado totalitario, de una dictadura; la suspensión de las garantías individuales y el sometimiento de posibles protestas, debidas a las próximas reformas tanto energética como del trabajo, sin contar las que ya nos dejaron irineo.
Ante la larga lista de ejemplos (históricos y actuales) sobre tortura, represión, corrupción y abusos de quienes están encargados de procurar justicia, (Atenco, Pasta de Conchos, ERPI, un largo etcétera) la Reforma Judicial es una amenaza a la libertad y una consolidación, mediante la Reforma Constitucional, de la represión a las insurrecciones provocadas por un gobierno abusivo, alejado de las masas e hincado ante los intereses particulares, internacionales y de los grandes consorcios.
Francamente espero que se dé una negativa a la Reforma Judicial y que a los mexicanos de a pie, anestesiados por el entretenimiento y los ocios comunes no nos quiten la venda de los ojos cuando ya sea demasiado tarde y tengamos, a las tres de la mañana, a la policía (cualquiera) entrando a nuestras casas para satisfacer sus ya probados y comprobados abusos de autoridad. Ojalá y me equivoque.
CODA: Dos aclaraciones breves: la estación de la UAL se llama Frecuencia UAL y el director de Once TV no es Guillermo Sariñana, sino Fernando Sariñana. Mea culpa y caga necedad.
Por otra parte, ¿qué jalada es esa publicidad de “Compromisos 2008”? Otro gasto inútil del Ayuntamiento ante la falta de obras que publicitar. Sabemos que ahora la política se realiza mediante los medios, pero esta campaña es una muestra no sólo del despilfarro de recursos públicos, sino del cinismo de quien prefiere seguirse promocionando en lugar de actuar a favor del Ayuntamiento y los habitantes que corresponde gobernar. Chale, pena ajena. Menso.
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