Mal empieza el año con el barril a 100 dólares
Dice el dicho que mal empieza la semana al que ahorcan en lunes. Y no es por echar la sal, pero algo me dice que por ahí anda el comienzo de este año 2008. En su primer día se registraron dos históricos records de precios. Y ello no deja de causar desazón, estando tan escamados como estamos.
Por un lado, el barril de petróleo finalmente rompió la marca de los cien dólares. Y aunque (luego de ajustar a inflación) éste no es máximo precio que ha alcanzado el hidrocarburo, el impacto psicológico de los dos ceros a mucha gente le pone chinita la piel.
Por otro lado, el oro rompió por mucho su precio máximo por onza de 850 dólares, el cual había alcanzado en el lejanísimo 1980. El primer día de 2008 la onza del áureo metal llegó a los $859.20 dólares. O sea que el récord quedó hecho polvo de manera contundente.
Que el petróleo llegara a los cien dólares por barril era algo que estábamos esperando desde hace buen rato. Después de todo, a lo largo del año pasado el hidrocarburo subió ni más ni menos que un 60%. Pero que ello ocurriera en fecha tan significativa, y junto a un récord histórico para el oro, como que sí da ñáñaras.
El brinco al precio que le permitió llegar a los cien billetes verdes por barril se debió a varios factores. El primero, la inestabilidad en Nigeria, el principal exportador africano de crudo: la violencia contra las petroleras extranjeras se agudizó en estos días. El segundo, las malas estadísticas de los inventarios industriales norteamericanos. Y el tercero… que México no cumplió con sus cuotas de importación a los Estados Unidos. Ésa es una información filtrada de manera no oficial de aquel lado del Bravo. Por supuesto, Pemex no ha dicho esta boca es mía. Siempre nos andamos enterando de lo que ocurre en nuestra casa por medio de los vecinos metiches.
El oro, a su vez, pegó tan prodigioso salto debido a la debilidad del dólar (que se depreció gacho con respecto al euro la semana anterior); a los altos precios del petróleo; y a la inestabilidad en Pakistán, país en donde la gente usa ese metal precioso (como sucede en otros lugares de Asia) como una especie de seguro en caso de crisis. Los billetes se devalúan, el oro no. Así que hubo una gran demanda de él en estos últimos días, en uno de sus principales mercados.
Así pues, parece que empezamos mal el año. Por lo menos en términos de imagen y percepción estos records históricos, más lo que ocurre con los precios de los comestibles a nivel mundial, nos indican que 2008 va a ser uno de esos años complicados y azarosos.
Aunque, pensándolo bien, en las últimas décadas, ¿cuál no lo ha sido? Me late que en realidad lo que pasa es que cada vez nos volvemos más quejumbrosos.
