Grandes expectativas ha despertado desde su proyección todo lo relacionado al Distribuidor Vial Revolución.
Cuando se anunció en el sexenio de Enrique Martínez y Martínez, se presentó como la obra de infraestructura vial más importante del Gobierno de Coahuila en La Laguna. Cuando se inauguró, se dijo que era una obra para 100 años. Cuando se le hicieron las primeras correcciones, se comentó que era una obra a prueba de peritajes y tercerías.
Cuando ya en la actual Administración se dictaminó que estaba mal construida, se aseguró que iba a haber castigo para los responsables. Cuando se ordenó su demolición, se explicó que el complejo que lo iba a sustituir satisfaría las necesidades que en materia de vialidad tiene el sector. Cuando se detalló la demolición, se habló sobre la utilización de explosivos con los cuales quedarían derribados casi instantáneamente los dos viaductos más altos.
Como puede observarse, hasta ahora casi nada de lo prometido se ha cumplido y es por eso que hoy, un día después de la destrucción “a medias” del ya tristemente célebre DVR, máquinas intentan todavía derrumbar el segmento del eje 80 que resistió las detonaciones. Hasta en su caída, el DVR no deja de despertar polémica. Cabe destacar que a pesar de los contratiempos y de no haber logrado su cometido -derribar súbitamente lo que quedaba del complejo vial-, la labor de la empresa encargada de la demolición y de las autoridades de los distintos niveles de Gobierno permitió que el hecho ocurriera sin daños que lamentar.
En cuestión de horas, el DVR desaparecerá del paisaje urbano de Torreón, pero no de la opinión pública, toda vez que, como se mencionó arriba, quedan varios asuntos pendientes por resolver. Ahí está, por ejemplo, la cuestión de la responsabilidad civil y penal por una obra mal hecha de empresas y funcionarios. También hay que ver si el sustituto del DVR, el Sistema Vial Revolución, cubre las necesidades viales del Oriente de la ciudad y, por supuesto, si la obra se lleva a cabo con mejores estándares de calidad que su antecesora. Todo parece indicar que, aunque ya no exista, el polémico DVR seguirá dando de que hablar un rato más.