EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

El enredo chipriota

EL COMENTARIO DE HOY

Francisco Amparán

El día de ayer se inició un proceso que, por primera vez en décadas, parece encaminado a solucionar un problema que se ha manifestado refractario a cualquier entendimiento o acuerdo. Uno de los conflictos más añejos en Europa podría finalmente llegar a su conclusión.

Los motivos para tener esperanzas tienen que ver con los hombres más que con las circunstancias. Por primera vez, quienes se sientan a la mesa de negociaciones parecen tener la sensatez, generosidad y sentido de la oportunidad para dejar atrás viejas rencillas y llegar a un entendimiento que redunde en beneficios para las comunidades que representan.

Nos referimos al problema de la división de Chipre; y su potencial reintegración.

Chipre es una pequeña isla situada en el Mediterráneo Occidental, entre Egipto, Turquía e Israel, y un poquito más p’allá de Grecia. Por el vecindario en que se encuentra, siempre ha sido codiciada por los numerosos invasores que en esa zona han proliferado a lo largo de la historia. Sirvió desde base para los cruzados, hasta de los británicos en la Segunda Guerra Mundial. Por lo mismo, la composición étnica de su población es bastante variadita, aunque predominan dos grupos: los de herencia griega, que hablan griego y son cristianos ortodoxos; y los que tienen ascendencia turca, que son musulmanes.

Cuando Chipre alcanzó su independencia en los años sesenta del siglo pasado, esas dos comunidades siguieron con los pleitos tribales de siempre. Los líderes de ambos grupos rivalizaban a ver quién era más radical y decía odiar más a los de distinta etnia y religión. La situación entró en un punto crítico en 1974, cuando un golpe de Estado pretendió llevar al poder a un radical griego. Turquía reaccionó a esa amenaza contra sus hermanos chiquitos invadiendo el Norte de la isla, la cual quedó partida en dos desde entonces. Durante la invasión los turcos cometieron numerosos abusos, incluyendo la violación sistemática de miles de mujeres grecochipriotas. Son ofensas que resulta difícil perdonar… u olvidar.

En el Norte de la isla se constituyó un Estado turcochipriota que no es reconocido por ningún país excepto Turquía. El Sur, dominado por los de ascendencia griega, ha prosperado relativamente, y logró su ingreso a la Unión Europea en 2005. Antes de eso se hizo un esfuerzo por reunificar la isla que terminó en las mismas recriminaciones y acusaciones de siempre.

Pero ahora hay políticos relativamente jóvenes, en ambos lados de la línea divisoria, que entienden que la situación presente sólo empantana cualquier perspectiva de mejorar. Y son ellos quienes iniciaron ayer una nueva ronda de conversaciones para terminar con la división. A ver si ahora sí se dejan de pleitos seculares, y lograr la reunificación de una isla que ha estado partida desde hace 34 años. Ya veremos.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 376624

elsiglo.mx