Pasaron los días de celebración, en todos los rincones de los Estados Unidos, en muchos países del mundo, incluso en Kenia, en Nyang’oma Kogelo, pueblo donde nacieron sus antepasados, vitorearon el triunfo del candidato demócrata a la Presidencia; Barack Obama, su familia y sus amigos tuvieron unos días de alegría, y ahora hay que trabajar; de aquí al 20 de enero deberá nombrar a su equipo, al grupo que tratará de resolver los enormes problemas que ha dejado la desastrosa Administración Bush, en economía, en relaciones internacionales, en ecología, en salud, etc.
Además, a diferencia de lo que ha ocurrido en otros cambios de Gobierno, Estados Unidos y el mundo están sumidos en una crisis económica de proporciones inimaginables, producto de la falta de control gubernamental sobre las empresas, bancos y demás, y de la falta de ética de grandes banqueros, empresarios, comerciantes, etc., cuya codicia, avaricia, fraudes y componendas trastocaron todo el sistema económico con graves daños para la vida de millones de individuos en todo el mundo, México incluido; Obama tiene que lidiar desde ahora con ese problema, y aunque no tiene poder de decisión, la nominación de sus colaboradores ha llevado un poco de calma a los mercados internacionales; la nominación de Timothy Geithner como secretario del Tesoro y de Lawrence Summers como consejero económico hicieron que el mismo lunes pasado las bolsas de valores tuvieran un respiro.
Hillary Clinton está nominada como secretaria de Estado, una designación acertada, pero no por eso libre de polémicas; creo que ella servirá lealmente a Barack Obama. Además, la nominación de Paul Volcker como jefe del Comité de Asesores Económicos es una garantía de que en verdad quiere crear condiciones para que la economía norteamericana se recupere.
Aún falta por confirmar otras nominaciones, como la de Janet Napolitano, como encargada de la oficina de Seguridad Nacional; ella ha tenido una actuación oscilante en relación con los indocumentados, veremos cómo actúa; asimismo, Bill Richardson, el más “mexicano” de los colaboradores de Obama, tendrá un buen lugar en el Gobierno.
Para quienes nos interesamos por la salud y hemos visto el desastre que es el sistema de salud norteamericano, (más de 60 mil muertes al año en hospitales debidas a errores cometidos por médicos y enfermeras, millones de norteamericanos sin servicios de salud, abusos de las compañías de seguros y de las siniestras HMO’s, Organizaciones Médicas de Salud), es bienvenida la llegada a la Secretaría de Salud y Servicios Humanos de Tom Daschle, con gran experiencia al respecto y con una idea bastante clara de lo que se necesita para mejorar la salud de los norteamericanos; hay que recordar que Hillary Clinton quiso promover una reforma de salud, que nunca fue aprobada, es posible que ahora sí haya mejores posibilidades.
Las otras nominaciones: Lauren Aronson, experta en asuntos de salud, Dora Hughes, internista diplomada y con gran experiencia en el congreso, así como David Cutler, de la Universidad de Harvard, experto en financiamiento en Salud, e incluso médicos jóvenes como Raúl Rakkumar, ex residente del Peter Bent Brigham de Boston, seguramente asesorarán a Obama para que se pueda dar el cambio que todos desean.
Es interesante que hay una relación entre David Cutler y el jefe del Presupuesto, Peter Orszag; ambos desean mejor tecnología, ambos aceptan que mientras más eficientes sean los servicios será mejor para todos, pero tienen diferencias en la forma de lograrlo.
Como quiera que sea, Obama no descansa; seguramente veremos más nominaciones en los próximos días, las que van hasta ahora han despertado mucho entusiasmo y pocas críticas, y esperamos que todo sea para bien de ese país, y por supuesto, del nuestro también.
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